martes, 27 de diciembre de 2011

El factor subjetivo en el cambio social


Por Pedro Armendariz

Generalizando, podemos decir que en sus planteamientos reformadores y revolucionarios han acentuado una de dos líneas de análisis e interpretación de la realidad al definir y plantear cursos de acción.

Una tendiente a diagnosticar el estado del sistema económico, político y social, para desarrollar acciones colectivas en aras del cambio de estructuras e instituciones existentes.

Otra línea pone énfasis en el papel que juega el factor subjetivo en las transformaciones sociales, el desempeño de cada persona, el aporte o freno que su actitud y acciones en la vida concreta juegan en el devenir social, político y económico.

Estas dos líneas de análisis y acción han caminado durante el tiempo manteniendo una actitud de indiferencia o distancia entre ellas. Tal disposición intelectual y anímica ha causado daño a las causas revolucionarias y reformistas.

Diversas razones ponen de manifiesto los límites y condicionamientos en que se han movido los movimientos revolucionarios y reformistas, frenando o poniendo obstáculos al factor subjetivo, al papel insustituible e imprescindible de cada persona en pie de igualdad con los otros, dando contenido y forma a las relaciones sociales en sus diversos y múltiples ámbitos.

El cambio social necesario requiere no perder de vista que el nacimiento de la nueva sociedad supone la transformación de mentalidades y estructuras al unísono, en una relación dialéctica.

Una nueva sociedad para existir precisa de personas capaces de crearla. La sociedad capitalista en la que vivimos, se constituye de individuos con características determinadas. Decía Marx que las clases explotadas tienden a imitar y reproducir los valores y la visión de la vida de la clase dominante, individualismo y competitividad como valores absolutos en nuestro caso.

De este condicionamiento es difícil que alguien se libre en una sociedad que en lo medular es autoritaria, violenta, jerárquica y desigual, segregacionista y discriminatoria.

Po esto los que quieren cambios sociales han de partir por cambiar o estar dispuestos al cambio ellos mismos en primer lugar.

César Vallejo nos dejó un poema titulado (Oye a tu masa, a tu cometa), que dice así:

Oye a tu masa, a tu cometa, escúchalos; no gimas de memoria, gravísimo cetáceo;
oye a la túnica en que estás dormido,
oye a tu desnudez, dueña del sueño.

Relátate agarrándote
de la cola del fuego y a los cuernos
en que acaba la crin su atroz carrera;
rómpete, pero en círculos;
fórmate, pero en columnas combas;
descríbete atmosférico, sér de humo,
a paso redoblado de esqueleto.

¿La muerte? ¡Opónle todo tu vestido!
¿La vida? ¡Opónle parte de tu muerte!
Bestia dichosa, piensa;
dios desgraciado, quítate la frente.
Luego, hablaremos.

(29 de octubre de 1937).

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Los estudiantes y el cambio de Chile



Por Pedro Armendariz

La derecha chilena no se distingue por su aprecio y apoyo a las instituciones republicanas. Piensa en sus intereses y la forma institucional y funcional del estado que requiere para satisfacerlos.

El golpe de estado del 73 es el ejemplo supremo de este desprecio del valor y la importancia de las instituciones republicanas. Arrasaron con ellas. Lo hicieron recurriendo a la ejecución de los mayores crímenes que contempla la ley penal chilena e internacional.

A lo largo de estos casi dos años de gobierno -conformado de personas que participaron activamente de la dictadura cívica militar o que son sus herederos de primera mano-, se escuchan no solo los ecos persistentes de aquellos años terribles.

La elección como presidente de la Corte Suprema de un juez que formó parte de consejos de guerra de la dictadura, es un nuevo menosprecio –y un agravio- a la república y los principios democráticos.

Las actuaciones recurrentes del ministro del interior atropellando la independencia y la autonomía de poderes y organismos del estado, también atentan gravemente contra los valores republicanos y democráticos. En su labor devastadora cuenta con el aval y el apoyo del presidente de la república y de parlamentarios afines. Todo ello para embolicar la perdiz con los índices delictuales.
Actitudes y procedimientos que contradicen la ética política y ponen en evidencia la moral de estos funcionarios del estado. Su reacción política, policial y mediática ante la movilización estudiantil es también expresión de una mentalidad florentina que no repara con honestidad y justicia en la calidad, legitimidad y legalidad de los medios y los fines.

Entre los efectos muy positivos del movimiento estudiantil el año 2011, está haber puesto sobre la mesa, hecho visible, reconocible, materia de la discusión, el hecho de que en educación -y no sólo en ella-, el Chile actual es el resultado de lo impuesto a partir del golpe de estado de 1973 y la dictadura consecuente.

Ahora se presenta el reto de avanzar en la creación de un nuevo país. Ante la evidencia de que la derecha no valora ni respeta la existencia de instituciones, grandes o chicas, democráticas y republicanas, el camino, particularmente en educación, hay que recorrerlo a través de la creación, constitución y desarrollo de instituciones democráticas y republicanas.

En este sentido los estudiantes, partiendo por los universitarios, deben incorporar con determinación y voluntad la defensa de las instituciones que temporalmente los cobijan y de las que forman parte.

A partir del respeto y cuidado de sus instalaciones, de la estética que acompaña como escenografía al actuar universitario.

(Aquella foto de un par de estudiantes en la toma de la casa central de la Universidad de Chile asomados a una ventana del viejo edificio, uno de ellos con una mascara de luchador de Cachacascán, es muy triste y ofensiva).

La fachada del histórico edificio de la Alameda durante estos largos meses de toma, ha sido un culto al feísmo, que los chilenos cultivamos con esmero (el poeta Armando Uribe considera a este culto una de las principales expresiones del Chile capitalista neoliberal impuesto a sangre y fuego).

Ante la brutalidad y vulgaridad del poder, es de mayor valor y significación responder con inteligencia y belleza, sumando voluntades, apuntando a la comprensión y apoyo al menos pasivo –y ojalá activo- de la gran mayoría de la sociedad.

Hacia el interior de las casas de estudio es fundamental el papel que jueguen los estudiantes en el mejoramiento de la calidad académica y administrativa.
En la defensa de las universidades y la educación pública en general, los estudiantes tienen una responsabilidad vital, ellos lo saben. El problema es cómo presionar al gobierno y al parlamento sin que las instituciones educacionales públicas salgan dañadas, como ha ocurrido el presente año, aspecto que ellos también tienen en cuenta.

La pérdida de tiempo en estudio y trabajo universitario en general, es un perjuicio grave para los estudiantes, los profesores, la parentela de los jóvenes y las propias instituciones en su situación administrativa y social.

Hay un factor que es fundamental: la reacción de la sociedad ante el movimiento estudiantil. En este sentido los estudiantes han de hacer un trabajo político abierto destinado a presentar ante la sociedad una sola postura, propuesta y exigencia política. A partir de ahí desarrollar un amplia y concienzuda labor pedagógica, explicando la lucha que están dando, su historia, presente y objetivos futuros, la justicia y legitimidad de la misma, y la importancia del apoyo ciudadano a ella.

Otro factor, utilizado por el gobierno y sus poderosos medios de difusión y manipulación social, es el tema de la violencia en las calles que ha acompañado a las marchas y manifestaciones. En el aprecio de la población estos hechos han jugado en contra de los estudiantes.

La fuerza social extraordinaria que contiene el movimiento estudiantil, no hace falta llevarla cada quince días a la calles con marchas que sirven de paraguas a los violentistas callejeros. Los actos multitudinarios y las tomas han de formar parte de un actuar complejo, diverso, multifacético y coordinado, que contenga un ritmo que vaya marcando los tiempos a las diferentes expresiones y acciones.

Los jóvenes, luego del impulso y los grandes pasos que han dado, han de apelar al apoyo del resto de la sociedad en su lucha por la educación pública gratuita, para que, de una vez el año 2012, en el estudio prime el talento y caigan las barreras económicas discriminatorias.

jueves, 10 de noviembre de 2011

RAFAEL CORREA CHOCA CON PUEBLOS ANCESTRALES Y ECOLOGISTAS


Por Pedro Armendariz
Cuando el economista Rafael Correa llegó a la presidencia del Ecuador el año 2007, precedido de un período de grandes convulsiones sociales y políticas en su país, muchos pensamos que los ecuatorianos estaban viviendo una nueva oportunidad para asentar y desarrollar la democracia. No ha sido así.
Los mayores afectados con la acción del gobierno, paradojalmente son los mismos que en su momento jugaron un papel para que Correa llegara al poder al ganar la segunda vuelta de la elección presidencial: los pueblos ancestrales y sus organizaciones, y los ecologistas defensores del medio ambiente. Ambos sufren la embestida del Estado y las empresas -privadas o estatales- de Ecuador o extranjeras (principalmente chinas), que han puesto la mira en los recursos naturales (petróleo, agua, minerales), muchos de ellos situados en territorios ancestrales y/o de los más ricos en biodiversidad del mundo.
Las incursiones del Estado y las empresas en territorios selváticos, pero también en la sierra o en la costa, es multifacética. Desde la presencia de policías y militares, a la represión directa, pasando por procesos judiciales y cárcel de numerosos dirigentes de base de las organizaciones sociales que se oponen a los proyectos y defienden su vida autónoma en territorios ancestrales.
En un país sin terrorismo, como es el Ecuador, hay en torno a 200 dirigentes y activistas que se oponen a los grandes proyectos acusados y procesados por acciones que la ley contempla como sabotaje o delito de carácter terrorista.
No está ausente la compra de conciencias mediante dinero. Junto con la propaganda y el amedrentamiento se enfocan a dividir las comunidades para reinar sobre ellas.
Los procedimientos legales que contempla la propia institucionalidad legal ecuatoriana no se respetan por parte del gobierno. Es el caso de la consulta previa a los afectados por proyectos que dañan el medio ambiente, en particular a los pueblos ancestrales y comunidades campesinas. El gobierno simplemente ignora este derecho de las comunidades.
El colectivo Acción ecológica, en una columna de su página en Internet, señala que en Ecuador “los casos de criminalización de la protesta social han resurgido con crudeza. El hostigamiento, la descalificación, los juicios penales, las detenciones y lo apresamientos contra los líderes sociales son distintos rostros de una misma estrategia que apunta a desmovilizar, silenciar, provocar autocensura, para que una vez logrado el control social quede allanado el camino para una inmisericorde explotación de la Pachamama, el despojo a las comunidades de sus fuentes de vida, y profundizar la acumulación de dinero”.
El gobierno está desarrollando un plan para llevar adelante la expansión de la explotación petrolera en el extremo oriente selvático del país. Se trata de la Amazonía ecuatoriana, ya muy afectada en su zona norte por las compañías petroleras. Ahora peligra en su área centro sur. Se resisten al embate los pueblos amazónicos ancestrales Kichwa, Shuar, Achuar, Sápara y Andoa.
El talante autoritario y confrontacional de Correa es funcional al empeñó del Estado por llevar adelante proyectos de inversión millonarios de grave impacto ambiental, y hacerlo sin contemplaciones a los deseos de los afectados directos.
En los pocos días que permanezco en Ecuador la segunda quincena de octubre 2011, se suceden los acontecimientos conflictivos que tienen que ver con el impulso a grandes proyectos de inversión. En todos ellos los habitantes que se verían afectados se oponen.
Al páramo de Kimsacocha, en la provincia de Azuay, viajó el 25 de octubre el presidente Correa acompañado de 450 militares y 300 policías. Su inaudita acción tuvo por objeto apoyar un proyecto de explotación de la minera canadiense Lamgold en la zona.
En la ocasión fue detenido por la policía el presidente de la Federación de Organizaciones Campesinas de Azuay, Leonardo López, acusado de tirar una piedra al automóvil presidencial.
El 18 octubre, por su parte, en las cercanías de la ciudad de Chone, 400 agentes de élite de la policía desalojaron violentamente a campesinos montubios que querían impedir el acceso a sus tierras de maquinaría de la empresa china Tiesiju, que proyecta construir una represa en el Río Grande. Un día antes, el 17 de octubre, el gobierno había decretado a Río Grande “zona reservada de seguridad”. Correa había amenazado con el desalojo el sábado anterior en su habitual y larga alocución a través de la radio y la televisión de los días sábado.
Estás acciones represivas, como las políticas y actuaciones en general del gobierno y sus personeros, son apoyadas con el gran aparato de propaganda que ha montado estos últimos cinco años el gobierno, que cuenta con poderosos y variados medios de difusión, televisión, radio y prensa. Es destacable también de la política comunicacional gubernamental el reiterado uso de cadenas nacionales.
El presidente Correa encabeza una campaña contra la existencia y el prestigio de los medios de difusión opositores, particularmente los tradicionales de derechas. Los identifica como “prensa corrupta” cada vez que se presenta la ocasión, en un país donde se compra y lee muy poco la prensa. Da la impresión de que cuando no tiene un enemigo el gobierno se lo inventa, como forma de mantener aglutinamiento favorable. Su apelación a la prensa juega tal papel.
La mantención y el incremento de legislación penal en relación con tipos de delito que afectan al ejercicio del periodismo y la emisión de opiniones, mantiene a Ecuador rezagado con las disposiciones en esta materia en los países suramericanos.
Quienes observan y siguen en detalle el estado de vigencia de los derechos humanos en Ecuador, prevén que la situación se agravará en caso de aprobación por la asamblea nacional del nuevo Código Penal que impulsa el gobierno. En él se dispone castigar con uno a tres años de cárcel actos tales como cortar un camino o carretera o resistir la realización de alguna obra.

domingo, 9 de octubre de 2011

ENEMIGOS PÚBLICOS DE LA DEMOCRACIA



Por Pedro Armendariz
 
La insensibilidad de los ricos hacia la pobreza de los oprimidos es histórica. Se establece en el momento en el cual se instalan en los grupos sociales más numerosos las ideas y prácticas que hacen la diferencia entre los que tienen poder de obligar a otros a hacer su voluntad, y los que aparentemente no tienen otro camino que someterse.
Desgracia de la raza humana, ¿irremediable? No creo. Muchos son los esfuerzos, inversiones millonarias, miles de personas trabajando, para mantener un estado de situación y una forma de entender y vivir el mundo y la vida en la sociedad nuestra. No es “natural” todo lo que pasa. Como se empeñan en convencernos a través de los medios de dominio social modernos electrónicos digitales, que fijan los marcos de emociones y pensamientos, hace evidente que estamos sujetos a un sistema de dominio social clasista y totalitario, que niega los derechos democráticos y su ejercicio real.
Hay un sentimiento compartido cada vez más consciente y amplio en el sentido de que los actuales dirigentes del mundo son unos incapaces de temer a la hora de defender la democracia en sus principios y ejercicios. En la política y en la religión, que son dos campos de pensamiento y acción en los cuales la carencia de capacidad, grandeza de espíritu e inteligencia y sensibilidad humana más daño producen y provocan.
Esto es lo que estamos viviendo. En el diario de hoy, sin ir más lejos, tenemos dos ejemplos elocuentes. En la política el del presidente de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quien a punto de dejar su cargo, sin paso previo por el parlamento, y sin el referendo popular imprescindible para un paso semejante, firmó un acuerdo en el marco de la OTAN que autoriza instalar en la costa de Cádiz una base del escudo antimisiles. Es una decisión política que uno no hubiera esperado de JLRZ, que inició su primera legislatura retirando al ejército de España de Irak. Haciendo memoria, su actitud política recuerda la de su par Felipe González, quien llegó a presidente prometiendo el no ingreso de España en la OTAN, y terminó apoyando y gestionando tal ingreso desde el gobierno, después de ganar tal opción, con él a la cabeza, un referéndum.
En el campo religioso-político institucional, tenemos en Chile a individuos como el cura Raúl Hasbún. Personaje curioso, como salido de un mal cuento que desde luego no escribió el autor de las mil y una noches.
El tipo más bien tiene que ver con la antigua serie de televisión Sombras Tenebrosas.
Vuelve a gozar de tribuna medial, escribe y sale en televisión en medios de extrema derecha. Como en sus viejos y para él buenos tiempos de la dictadura, sigue amenazando con las penas del infierno a los revoltosos y rebeldes, y haciendo llamados al orden, que en su caso se trata del orden militar autoritario y fascista.
Sería por el año 1995, yo vivía en la comuna de La Florida. Una mañana iba con mi hija Nerea de cuatro años saliendo en el auto desde el estacionamiento de un supermercado y veo a boca de jarro a Hasbún caminando solo rumbo a comprar algo. Mi primera reacción fue abrir la ventana y sacarle la madre. Pero no, me contuve, la presencia de mi hija, la soledad del sujeto, la cobardía de agredirlo de sorpresa con un improperio mayor, me llevaron a no insultarlo. Pero el cerebro y el corazón siguieron dando vueltas a mil, y antes de alejarme le grité a todo pulmón una palabra que no sé de dónde salió: ¡Chupaíto!

miércoles, 28 de septiembre de 2011

EL CASO LABBÉ ES COSA SERIA


Por Pedro Armendariz

Cristián Labbé, alcalde la comuna de Providencia de Santiago de Chile, coronel en retiro del ejército, agente de la Dirección Nacional de Inteligencia dirigida por Pinochet y manejada por Manuel Contreras, acusado ante los tribunales por víctimas de la tortura de ser partícipe en ellas, es un tipo coherente.
Hace alarde de aquella coherencia, presidida por una convicción de tener la certeza de que los asuntos conflictivos en la sociedad se resuelven en primer y últimos término mediante la fuerza del poder de las armas de guerra.
Por una razón que a pesar de su aparente valentía no se atreve a enfrentar, es muy probable que piense o se atormente ante la evidencia de que está donde está gracias al crimen.
No es fácil en un país como el nuestro, y Labbé no es el único. La diferencia está en que él no siente o admite la posibilidad de revisar lo actuado. En esto representa a miles y miles de chilenos y chilenas que no dan la cara. No es grato ser considerado a los ojos del común como un criminal, o partícipe por acción o complicidad con un gobierno y un régimen criminales.
Volveremos siempre al final al mismo lugar del origen: la legitimidad del sistema y de la sociedad que se ha hecho en Chile.
Labbé y muchos otros, por intereses o ideas la consideran legítima. Creen que la fuerza otorga legitimidad al que hace uso de ella y se sale con la suya, decidiendo una situación. Es la guerra. Pero los pueblos no están hechos para la guerra y condenados a vivir en una sociedad fundada en el privilegio del poder atropellando a la justicia. Las normas las dicta el poderoso con abuso, y luego considera ilegítima y ajena al estado de derecho la protesta de los abusados que se rebelan.
Hay personas que no pueden imaginar un mundo sin clases sociales en pirámide, unos arriba y otros abajo. El tema sigue siendo aunque nadie hable de ello la explotación “del hombre por el hombre”.
Por esto la manera de ver las cosas es tan importante. No basta con creerse del lado de los buenos. Hasta ahora no ha habido sociedad humana donde lo definitorio a la hora de decidir el rumbo de las cosas no se haya dado con divisiones de clases. Tampoco lo lograron y quizás no lo intentaron nunca, salvo minorías, los países comunistas con sus diferencias entre ellos.
Hay por tanto un factor subjetivo que tiene que activarse para permitir que una nueva concepción de vida social sin explotaciones de clases sea siquiera posible, no digamos llegue a ser real.

viernes, 5 de agosto de 2011

EL PROFESOR GAJARDO Y LAS TORMENTAS CIUDADANAS


Por Pedro Armendariz

Como era previsible, tenían razón mis amigos que se negaron a votar por Frei en la segunda vuelta de la elección presidencial, sabiendo que con ello le allanaban el camino a Piñera y la derecha.
Tenían razón porque la Concertación se terminó ahogando en su propia salsa de compromisos y componendas, de traiciones y olvidos.
Y tenían razón porque con Piñera y la derecha este sistema insoportable o sofocante y extenuante para la mayoría de los habitantes, recibiría una mayor contestación de aquellos a los que la Concertación sabía dorar la píldora con extraordinario éxito. La capacidad de dar gobernabilidad a la sociedad, aspecto favorito de la política de Frei, por ejemplo.
Ante este invierno animado por tormentas ciudadanas, asunto que el gobierno no puede manejar porque la idea de ciudadanos y república les coge históricamente a contramano, hay que recordar al menos un aspecto. Lo advirtió en una entrevista de hace más de un año y medio el historiador Gabriel Salazar, quien ponía énfasis en la necesidad de tener claros los objetivos por los cuales se está reclamando y exigiendo cambios. Saber y proponer con mucha claridad lo que se quiere establecer a cambio de lo existente.
Caer en la protesta callejera de carácter y contenido violento contra la policía y los bienes públicos es una estupidez y un error político. Vandalismo que le viene bien al gobierno y al sistema de intereses impuesto en la educación. Los medios de comunicación, particularmente los canales de de televisión abierta, son los medios de manipulación social encargados de la labor de criminalizar la protesta.
Ayer jueves, los cuatro jinetes del Apocalipsis en línea, TVN, UCTV, CHV y MEGA, sentaron en la cabeza de los televidentes que el problema, el tema, es el orden público. Sería muy interesante que dedicaran la décima parte del tiempo destinado al sensacionalismo y la criminalización, a informar y abrir el debate en pantalla sobre la educación.
Es más que una paradoja siniestra que entre el torbellino de ruido mediático en torno a la educación, nadie advierta que con la actual calidad del contenido de la televisión abierta en el país, hablar de educación y no hacer algo de fondo al respecto es inútil. Es el caldo de cada día en las casas y espacios públicos del país, para grandes y chicos.
Mención aparte merece el maltrato que a través de los medios de manipulación social han ejercido distintos funcionarios de la administración pública en contra del presidente del Colegio de Profesores Jaime Gajardo.
Ha destacado en este aspecto el alcalde de Santiago de la UDI Pablo Zalaquett, quien amenazante dijo que a Jaime Gajardo había que “pararle el carro”. Además lo descalificó diciendo que de profesor no tenía nada.
Cuando el profesor Gajardo dice que el proceder represivo del gobierno le recuerda los métodos sionistas del apartheid, y que parece que algo aprendió de aquello el ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter en Israel, se arma y monta un gran escándalo amplificado por los medios de manipulación social.
Lo han tratado de racista al presidente del Colegio de Profesores. Lily Pérez lo compara con Hitler. La Tercera titula afirmando que atacó la religión de Hinzpeter. Gustavo Hasbún dice que es un fascista.
Es increíble a lo que han llegado todos estos personajes. No saben qué hacer con el movimiento estudiantil, y a Jaime Gajardo y la Camila Vallejos los ven y pintan como al mismo demonio.
Sorprenden su ignorancia y cinismo, también el del presidente de la Comunidad Judía en Chile, que no saben o mienten acerca del hecho de que una cosa es la religión judía y otra el sionismo. Y efectivamente, el sionismo, como vemos en Medio Oriente, ha optado o sido incapaz de establecer otra cosa que no sea un apartheid hacia los habitantes palestinos.
Si bien las expresiones de Jaime Gajardo fueron quizás inoportunas, es aborrecible la actitud de todos sus contradictores en esta materia.

martes, 28 de junio de 2011

CHILE PUEDE DESBLOQUEAR EL CONFLICTO CON BOLIVIA


Por Pedro Armendariz

En Tolerancia Cero, programa de televisión tibio y conservador, estuvo el domingo pasado el abogado y escritor José Rodríguez Elizondo.
Invitado en su condición de conocedor y estudioso de las relaciones entre Chile, Perú y Bolivia, JRE pintó un panorama sombrío del estado de la situación entre Bolivia y Chile.
JRE culpó de la situación al gobierno de Bolivia, que actuaría motivado por necesidades políticas internas. Luego, y esto es lo grave, JRE afirmó que la situación se encontraba bloqueada, sin alternativa visible que venga a mejorar las relaciones entre los dos países.
Es aquí donde creo que JRE se equivoca, al tener puesta la mirada en los detalles que van cambiando al son de la coyuntura y los acontecimientos que le van dando forma, apareciendo y desapareciendo en una sucesión sin destino fructífero.
Chile sí puede dar pasos decisivos en alcanzar una solución al largo conflicto histórico con Bolivia. Las posibles alternativas son pocas y no han variado con el tiempo, se remontan las primeras a más de cien años.
Luego de escuchar a JRE he vuelto a leer el libro del ex embajador Oscar Pinochet de la Barra Chile y Bolivia: ¡Hasta cuándo!
En la página 119, al concluir el libro, que está publicado por LOM y es del 2004, Pinochet de la Barra propone una vía de solución concreta muy razonable para el largo conflicto:
“Y si en vez de hablar de un corredor por Arica negociáramos un enclave, entre ese puerto y el Perú? Creo que esta posibilidad es ventajosa por las siguientes razones: Bolivia ya propuso como solución –Montevideo, abril de 1987- la entrega de un corredor o –recalco la letra o- de un enclave en Camarones, Tocopilla o Mejillones. Cambiar el corredor por un enclave y trasladarlo al norte de Arica tendría las siguientes ventajas:
Para Chile: a) no tocar el tratado chileno-boliviano de 1904, ni siquiera en la pequeña modificación fronteriza del extremo norte que habría que hacer si se tratara de un corredor, dando así satisfacción a ciertos elementos de las Fuerzas Armadas chilenas y a pequeños grupos nacionalistas; b) no introducir en el territorio nacional, tan al sur, un grupo boliviano, y mucho menos en el tramo de la costa de Antofagasta que les perteneció según los tratados de 1866 y 1874; c) disminuir el territorio negociado a un enclave en territorio que antes de 1879 jamás fue chileno sino peruano.
Para el Perú: a) no separar físicamente sino en mínima parte las provincias de Tacna y Arica, que conservarían su “continuidad territorial”; b) hacer innecesaria para conservar esa continuidad, la creación de un “área de soberanía compartida”, rechazada por Bolivia y por Chile; c) dejar de lado, también por innecesaria, la idea más costosa de una carretera elevada de soberanía superpuestas.
Para Bolivia: a) romper el centenario estancamiento que provoca –por razones sicológicas- la petición de corredor tanto en Chile como en Perú; b) mejorar la solución enclave, al cambiarlo desde una costa sin puertos importantes ni facilidades suficientes, a una zona que deslinda con el puerto de Arica; c) obtener un enclave con aeropuerto ya instalado; d) quedar con un enclave entre dos fronteras internacionales; e) poder usar una carretera moderna que ya existe al altiplano.
Con un enclave entre Chile y el Perú, Bolivia quedaría en situación de igualdad para tomar parte en al integración subregional –a través de un polo de desarrollo que los tres países acordarán tarde o temprano como único medio de hacer progresar un territorio difícil por su aridez, que hoy presta servicios muy limitados a sus dueños. Puerto de Arica + enclave+ Tacna es la combinación que debe sustituir al limitado aprovechamiento actual de la zona ariqueña…”
Chile no sólo puede, sino que debe y está en condiciones de desbloquear una situación histórica que hay que enfrentar con altura de miras y proyección hacia los cambios necesarios y urgentes.
Nota: en crucesinbarreras, entrada más antigua, hay una entrevista del autor a Oscar Pinochet de la Barra, que lleva por título Bolivia tiene que volver al mar.

martes, 31 de mayo de 2011

CHILE, PERÚ Y BOLIVIA: ¿CÓMO SALIR DEL LABERINTO?


Por Pedro Armendariz

El ministro de Defensa chileno, Andrés Allamand, y el senador Jorge Pizarro, han coincidido en declarar que el giro que ha tomado el presidente Evo Morales respecto a Chile obedece a una baja de popularidad que sostienen ciertas encuestas en el país falsamente llamado altiplánico, como con ignorancia nombran a cada rato a Bolivia periodistas y políticos chilenos.
Yo no creo que esa sea la razón que motiva al presidente Morales su cambio de política. Entendiendo por cambio la decisión de llevar en algún momento el tema del litoral perdido a instancias legales y políticas internacionales. Es muy posible que Evo Morales no quiera pasar a la historia como un presidente, débil, ingenuo, con el cual su principal contraparte en el caso no llegó al punto al cual un día con él se comprometió: hacer una propuesta de solución del problema central, el del mar para Bolivia. Junto a esto el presidente Morales puede que esté personalmente ofendido con el actual gobierno chileno, y razones tiene.
Uno de los argumentos que se repite estos días es que Chile no le debe nada a Bolivia, y que por lo tanto no tiene porqué ser el primero de los dos países en hacer una propuesta de acuerdo al tema marítimo.
Esto es una falacia. A la hora de establecerse el diálogo de los trece puntos, es evidente que aquello suponía que Chile en su momento haría una propuesta, presentaría un proyecto concreto. ¿Cómo va a ser Bolivia quien ha de proceder a ello? Es obvio que de hacerlo propondría la devolución de toda la actual región de Atacama.
Por lo tanto es Chile quien ha de hacer una propuesta a Bolivia, y a Perú, a los dos al mismo tiempo, porque este ha sido desde el principio y sigue siendo un conflicto entre los tres países.
Y las posibilidades de aquel acuerdo históricamente necesario no son muchas, se cuentan con los dedos de una mano.
Aquí es donde nos topamos con un viejo argumento que escuchamos también hoy, el de que este es un tema bilateral entre Chile y Bolivia. La sola presencia de Perú desmiente tal argumento. Pero hay más, este es en realidad un problema que afecta a todo el continente suramericano. Y los chilenos para encontrar soluciones debemos pensar, sentir y actuar como suramericanos, con afán de integración.
Qué formidable sería que Chile fuera a los foros internacionales con una propuesta de solución que supusiera un paso adelante fundamental en la integración suramericana. Sin temores, con arrojo, retando a la desconfianza para vencerla.
Es cierto que Chile tiene que actuar con generosidad, como también lo es que con la integración con Bolivia, y con Perú, las ganancias son enormes en todo los aspectos de la vida.
Pero para esto hay que pensar correctamente. Los bolivianos también habrán de ser generosos.
Tenemos que entrar en un proceso colectivo de revisión de la idea o concepto de soberanía nacional, ya que aún no somos al parecer como especie capaces de dejarla atrás definitivamente, avanzando a una soberanía de las personas y los pueblos.
En este caso, en los hechos, lo lógico es que pensemos en establecer un gran territorio de integración internacional. El que puede incluir un enclave boliviano en el litoral sin soberanía nacional. El concepto soberanía es de por sí conflictivo, semejante al de propiedad privada.
Los Estados alegan soberanía, y de ella usufructúan unos pocos: los dueños de la tierra, el mar y lo que hay en ellos. Los pueblos sufren la guerra soñando con quimeras. El desarme también es parte de la integración.

jueves, 26 de mayo de 2011

IQUIQUE CLAMA POR PLEBISCITO SOBRE TERMO-ELÉCTRICAS


Por Pedro Armendariz

Repentinamente, sin mediar explicaciones sustantivas, la alcaldesa y concejales de Iquique dejaron en suspenso la realización de un plebiscito comunal sobre el proyecto minero de instalar dos plantas termo-eléctricas en el borde costero, a cincuenta kilómetros al sur de la ciudad.
Retomar la iniciativa de llevar adelante tal plebiscito, o al menos una gran consulta ciudadana bien organizada, es de una gran relevancia.
Sería esta una gran oportunidad de discutir a fondo, o al menos más de lo poco o nada que se ha hecho hasta el momento, sobre las condiciones, necesidades y fines de un amplio plan de desarrollo de la comuna, y de la participación de la comuna en el proceso social regional, nacional e internacional.
Esta es una discusión que los poderes locales dominantes no incentivan en propiedad. Se impone con crudeza la fuerza del pensamiento único, hoy el llamado crecimiento económico, con ganancias privadas y perjuicios sociales.
Es lo que sucede con las termo-eléctricas proyectadas en Patache por la minera transnacional Collahuasi, empresa que necesita energía para ampliar sus faenas de extracción en la cordillera, faenas que supondrán más consumo de agua del desierto y contaminación del ambiente.
Uno de los temas evidentes a discutir es precisamente el papel de la minería en la región de Tarapacá, y también en Arica, porque el destino del norte es compartido por las hoy dos regiones, pese al enorme y desgraciado abismo que las separa, que va mucho más allá de la distancia física.
¿Qué consecuencias ambientales y sociales tiene en Tarapacá el quehacer minero transnacional? El pensamiento único dominante nos dice cada día, a través de sus medios de difusión inmensamente mayoritarios y poderosos, que tales mineras son una bendición para la comunidad regional.
Hay una colusión que nos habla de ello cada día, participan parlamentarios, alcaldes, concejales, gobierno regional, universidades, medios de difusión –diarios, revistas, radios, televisión local- juntas de vecinos, asociaciones sociales de variado tipo, que le hacen el juego, protegen, medran, o callan frente al poder económico y social que han alcanzado las empresas mineras transnacionales, particularmente Collahuasi.
Este aspecto de la vida social, no sólo en Iquique, es un problema, como resaltaba hace pocos días en una columna el profesor de la Universidad Arturo Prat, Haroldo Quinteros, que avasalla la dignidad de la comunidad en conjunto.
¿Qué es sino el llamado de autoridades a no alterar el curso oficial de los actos del 20 y 21 de mayo en Iquique con manifestaciones ciudadanas contrarias a las termo-eléctricas, y a la vez el 20 de mayo inaugurar, con participación de todos los estamentos públicos, una réplica de la corbeta Esmeralda financiada por la minera Collahuasi, proyecto impulsado por la Armada de Chile?
La necesidad de un plebiscito sobre las termo-eléctricas clama en Iquique. Es un problema que debe ser debatido a fondo, como también han de serlo el despojo del mar por un par de empresas pesqueras, la integración regional y el desarme militar paulatino entre nuestros países. Sólo así se estará labrando una cierta claridad hacia el futuro mediato e inmediato de Iquique y el Norte Grande.

viernes, 15 de abril de 2011

MINERA COLLAHUASI: LOBO CON PIEL DE OVEJA

Por Pedro Armendariz



El escaso aporte que las empresas mineras transnacionales hacen a las arcas del Estado, es solo uno de los problemas que estos entes suscitan con su presencia en el país. Es tal su poderío económico, que se convierten en agentes políticos nacionales y, particularmente, locales, ejerciendo una influencia que hace de ellos auténticos poderes fácticos actuando en el acontecer cotidiano con una contundencia impresionante.
Un ejemplo elocuente de lo anterior, lo constituye el actuar de la minera Collahuasi en la ciudad de Iquique y la región de Tarapacá.
Esta empresa minera de gran magnitud, ejerce una influencia en todos los ámbitos de la vida social, cultural y política de Iquique y las demás comunas del interior de Tarapacá.
Tiene Collahuasi una política de relaciones públicas a cargo de un nutrido departamento de funcionarios que encabeza un gerente. Relaciones con la comunidad, es el nombre de la unidad.
Una red de relaciones a través de la cual Collahuasi drena con cálculo y reflexión dineros con los más variados fines: a un suplemento o publicidad en la prensa; a un programa de televisión o de radio; al departamento de educación de una municipalidad, al alumbrado público de un pueblo; a la reconstrucción de las iglesias destruidas por el terremoto del 2005. Collahuasi es para muchos un hada madrina.
Posicionarse, es la palabra que describe la intencionalidad y el fin, es un vocablo que no falta en el discurso de la publicidad y la política de hoy.
Collahuasi se labra a sí misma una imagen de preocupación por los problemas y necesidades de la población. No hay día en el cual los medios de comunicación no nos informen de su generosidad inagotable. En ella sí podemos confiar, hay mineral para un siglo más en su veta cordillerana.

La contaminación que produce Collahuasi con su accionar, y el abuso que hace de las aguas del desierto, parecen no importar a autoridades, periodistas y población en general. Ahora está empeñada la minera en instalar plantas de termoelectricidad a carbón en la costa a cincuenta kilómetros al sur de Iquique. Necesita más energía para poder aumentar su producción.
La guinda de la torta estos días la constituye la construcción de una réplica de la corbeta Esmeralda a tamaño real. Collahuasi destinó más de cinco millones dólares para la realización del proyecto, en el cual participan la Armada de Chile, la Municipalidad de Iquique y el Gobierno Regional de Tarapacá.
Iquique no cuenta con una casa de la cultura, ni con una biblioteca ni un teatro aparte del Municipal, y se construye una obra de dudoso sentido. Cuando la ciudad debiera tener sus ojos en la resolución de la necesidad de integración con los países vecinos, una réplica de la Esmeralda no aporta absolutamente nada. Al contrario.
La idea es hacer de tal réplica un museo que permita recaudar dinero con el precio de la entrada.
Mientras avanza la obra de la nave que nunca tocará el mar, el directorio de Collahuasi en pleno la visita acompañada de los fieles periodistas. En la noche saldrán en televisión y al día siguiente en la portada de los diarios, posicionándose en su calidad de benefactores de la patria.
Mientras tanto, al día siguiente, el departamento jurídico de la minera Collahuasi presentó en un juzgado de Iquique una querella por injurias contra la directiva del sindicato de trabajadores de la empresa.
La querella sostiene que la empresa fue injuriada a través de escritos aparecidos en la publicación en Internet del sindicato durante la última huelga laboral. Se trata a todas luces de una expresión de la prepotencia de Collahuasi, que no ha podido doblar la mano a trabajadores que no se venden ni amedrentan.
Para llegar a presentar semejante querella, parece ser que los máximos directivos de esta transnacional minera consideran que su posicionamiento en Iquique es absoluto.

miércoles, 16 de marzo de 2011

MONTAJE DESHONESTO E ILEGAL ENVUELTO EN PAPEL DE REGALO


Por Pedro Armendariz

Mientras el mundo atendía estupefacto el viernes pasado, 11 de marzo, al terrible terremoto y posterior maremoto en el norte de Japón, en Chile las máximas autoridades políticas de gobierno emprendían una acción comunicacional relacionada con la tragedia nipona.
A las siete de la mañana, ya vestido con la casaquilla roja -que trae a la memoria a un supervisor de Unimarc-, el presidente Piñera estaba saliendo en televisión “dando tranquilidad a la población”.
Qué mejor que conmemorar el primer aniversario de su gobierno con lo que, aún no sabíamos, sería un largo, larguísimo tejemaneje de manipulación individual-colectiva de la sufrida población chilena, en particular de los habitantes costeros, para qué decir de aquellos que moran en las zonas catalogadas de alto riesgo.
Alrededor de las diez de la mañana del viernes, los medios del mundo informaban que, afortunadamente, se descartaban maremotos y subidas bruscas del nivel del mar en las costas de los países americanos costeros del Océano Pacífico. Se habló de una subida de la marea en torno a cincuenta centímetros máximo, como en efecto se supo que ocurrió en algunas partes a lo largo del extensísimo litoral americano, de Alaska a Punta Arenas.
En Chile, el gobierno, encendió la alarma, llamó a las personas a abandonar el litoral, particularmente en sus zonas más riesgosas, e informó de una sucesión horaria en que la temida ola del maremoto venida desde Japón golpearía uno a uno sus distintos objetivos terrestres en la costa chilena, incluida la Isla de Pascua, la primera que supuestamente recibiría el azote del mar.
Aquella sucesión horaria reforzó el carácter dramático de la jornada, transformada desde el poder político mediático –los canales de televisión en primera línea- en un espectáculo cautivante, preciso y propicio para la manipulación de masas en estado puro. Es un asunto de vieja data al cual la derecha ha demostrado ser muy aficionada. El rescate de los mineros tuvo al menos tres cuartos de lo mismo, con una gran diferencia: en aquel caso el apuro y el peligro de los mineros era real. (Durante la dictadura, si no había un hecho a explotar mediante manipulación mediática, lo inventaban).
El tema hoy es que el gobierno, a través del ministerio del Interior, cuenta o debiera contar con los medios para estar bien informado, en este caso de un posible maremoto u oleaje destructor. Y luego dar aviso a la comunidad, y la respectiva orden de acción a sus variados y multifacéticos funcionarios.
Aviso a la comunidad, no orden a la comunidad.
(Las fuerzas policiales y militares, con la orden del gobierno, y menos sin ella, no pueden obligar a una o más personas a abandonar la costa ante una posibilidad o riesgo de maremoto. Es una decisión de cada uno. Los policías, los militares, la Cruz Roja, el alcalde, el cura, pueden y hasta deben advertir, avisar o rezar para que uno o varios se alejen de la playa o el roquerío, pero no lo pueden ordenar y menos obligar a su cumplimiento. El tema amerita una presentación jurídica, académica y judicial por parte de mujeres y hombres de derecho, y de organizaciones, grupos y personas amantes de la libertad y los derechos básicos de personas y comunidad. El autoritarismo paternalista del gobierno en realidad ofende la dignidad personal y comunitaria).
El poder, los medios que tiene el gobierno para actuar en situaciones de emergencia, no pueden ser utilizados con otro fin. Las autoridades han de actuar de acuerdo a lo que ordena la ley. La mala utilización de aquellos medios es al menos una falta grave. No es un asunto baladí. Menos cuando los objetivos que se persiguen con tal uso son manifiestamente oscuros.
Quizás el gobierno pensó que se estaba ante una oportunidad propicia para poner en acción un simulacro colectivo y masivo ante un desastre natural. No lo dijo, nunca habló en tales términos. Al contrario, sembró-decretó, primero alarma, y más tarde, cuando todos esperábamos “la orden” de volver a la casa, decretó estado de emergencia.
Los daños ínfimos que se produjeron el viernes por la acción del mar en la costa chilena, que no parecen atribuibles al terremoto en Japón, terminaron de demostrar lo errado de la actuación del gobierno de Piñera y su ministro del Interior.
El mayor daño que muestra la televisión en sus noticiarios hoy domingo 13 de marzo, se sitúa en la playa de Caramucho, a unos kilómetros al sur de Iquique, donde a una pareja de pescadores que vive en la misma playa, el mar le llevó su bote, algo que en un día común no habría salido ni en los diarios de Iquique.
Hoy domingo, La Estrella de Iquique y Diario 21 de esta ciudad, agrandan este hecho y otro parecido en otra playa, en una maniobra clara de despiste del verdadero problema: que, solo en Iquique, decenas de miles de personas fueron desalojadas de sus casas por largas horas, de las calles, de las playas, ante una amenaza de maremoto que en realidad no era tal.
Es evidente que el gobierno, cualquier gobierno, tiene que actuar en relación a la población de acuerdo a los hechos reales, y a los peligros reales. No se justifican en este caso las palabras del presidente en el sentido de que más vale pecar por exceso de precaución que de dejación. La información de lo que estaba ocurriendo era muy clara: no había evidencias de riesgos de amenazas del mar hacia las costas americanas, y en particular chilenas.
¿Por qué hace el gobierno estos montajes?
Busca legitimarse, escabullir los problemas y conflictos puntuales, y bajar los altos índices de rechazo popular al presidente de la república.
Para legitimarse como un gobierno responsable, recurre a la manipulación tosca, logrando en definitiva justo lo contrario. Ya le pasó a Piñera con su sobrecargada actuación en la mina San José. Lleva un año de presidente y aún no consigue lo primordial: que la sociedad en general lo tome en serio en su condición de tal. Aún discrepando de su actuar, declaraciones y decisiones políticas.

martes, 22 de febrero de 2011

LA DESCONFIANZA Y EL TEMOR: LA PEOR FRONTERA ENTRE CHILE, BOLIVIA Y PERÚ


Por Pedro Armendariz

En Chile, habitualmente, instintivamente, la reacción o el simple pensamiento ante “la relación histórica” con los vecinos países Bolivia y Perú, es de carácter defensivo. La emoción dominante y definidora es el miedo.
Sin declararlo ni menos reconocerlo, lo actuado, el peso del pasado, de sus acciones, hace al chileno hasta ahora temer la venganza.
El chileno medio desconfía profundamente de peruanos y bolivianos. Me imagino que a ellos les pasa lo mismo con nosotros, y razones tienen, somos los expoliadores, conquistadores de su territorio. Nosotros, en cambio, sustentamos nuestra razón en el miedo, no podemos concebir otra reacción en nuestros antiguos enemigos vencidos, que la venganza, la realización, en cuanto puedan, de nuestro mal.
Más amplio, y en definitiva determinante, es ese tejido metafísico de la relación con nuestros vecinos, que el llegar a concordar una forma política-geográfica de la solución del problema.
Metafísico es el tema de la nación, y del estado nación. La idea de nación es un arma política, mediante ella se manipula al pueblo y accede al poder. Es la de nación una idea vieja, de guerreros conquistadores, fabricantes de mitos. Lo válido y real son los pueblos del mundo, todos ellos sufriendo, unos más otros menos, el gigantesco desvarío del capitalismo reinante, librado a la fuerza de la codicia desatada.
La nación es un invento, el pueblo, los pueblos, una realidad de cuerpos y mentes, estómagos y corazón.
El problema entre Chile, Perú y Bolivia, no tiene solución posible si no abandonamos la idea de tres naciones en pugna. Y de tres estados-naciones enfrentados en una lucha de intereses eterna.
No hay otro camino que concebir y llevar a la práctica una existencia de integración de pueblos en un territorio compartido. Este puede ir desde un enclave, una provincia, una región, varias regiones o los países mismos involucrados en su totalidad.
Si seguimos pensando en estados soberanos en espacios de territorio, estamos entrampados. Hay que compartir el territorio en cuanto personas en convivencia. Con libertad de acción y movimiento.
En el caso del norte chileno, que es el que conozco, tal integración clama al cielo, por un conjunto de razones.
La primera es la paz. Es el valor fundamental, esto es lo que más hay que valorar. Armarse como lo hacen nuestros países, destacando Chile pero en definitiva un mal general, es traición a la patria suramericana que todos los que fijan los presupuestos militares dicen defender y proteger.
Urge un desarme generalizado, parejo al crecimiento de la confianza, en los pueblos, que permanecen ajenos a todo este problema, como si no les incumbiera, dejando que sean militares y políticos profesionales los que decidan y fijen el rumbo.
Hoy, y en realidad siempre, la patria es la Humanidad. Como suramericanos, con nuestra unión libre, aportaremos a la necesaria unidad no fascista que el mundo reclama.
Luego está la cultura, el alimento espiritual, que, en el caso del norte de Chile, con la chilenización de corte marcial, o marcial de frentón, ha intentado crear una identidad colectiva impuesta desde el centro del país, que va y ha ido contracorriente de la compleja mezcla de gentes y pueblos que viven y han vivido ahí desde hace más de un siglo. La cultura es mestiza, y no conoce, o se da y vive a pesar de las fronteras. Esto lo puede ver todo aquel que viva y atienda a la realidad, en la comida, la música, las danzas, las manifestaciones masivas religiosas o seculares, desde la Fiesta de la Tirana hacia abajo. La presencia ancestral del pueblo Aymara. Existen de sobra las bases culturales para una integración sin complejos con peruanos y bolivianos.
En la economía, las “ventajas” de la integración con Bolivia, y también con Perú, son evidentes. Si no pregunten a las mujeres y hombres de negocios de la Zofri de Iquique, o a quienes trabajan en el turismo. La Zofri no existiría sin los grados de integración que ya existen con Bolivia. Hay una gran ignorancia en Chile sobre la necesidad económica de Chile de la integración con Bolivia, y también con Perú, pensemos en Arica, que no levanta cabeza en su arrinconamiento.
También, y mayor, sería el beneficio de soltar mentes y corazones en aras de un fin que allana a las generaciones jóvenes de hoy y al futuro la posibilidad de no convivir con una realidad de por sí odiosa.