martes, 31 de mayo de 2011

CHILE, PERÚ Y BOLIVIA: ¿CÓMO SALIR DEL LABERINTO?


Por Pedro Armendariz

El ministro de Defensa chileno, Andrés Allamand, y el senador Jorge Pizarro, han coincidido en declarar que el giro que ha tomado el presidente Evo Morales respecto a Chile obedece a una baja de popularidad que sostienen ciertas encuestas en el país falsamente llamado altiplánico, como con ignorancia nombran a cada rato a Bolivia periodistas y políticos chilenos.
Yo no creo que esa sea la razón que motiva al presidente Morales su cambio de política. Entendiendo por cambio la decisión de llevar en algún momento el tema del litoral perdido a instancias legales y políticas internacionales. Es muy posible que Evo Morales no quiera pasar a la historia como un presidente, débil, ingenuo, con el cual su principal contraparte en el caso no llegó al punto al cual un día con él se comprometió: hacer una propuesta de solución del problema central, el del mar para Bolivia. Junto a esto el presidente Morales puede que esté personalmente ofendido con el actual gobierno chileno, y razones tiene.
Uno de los argumentos que se repite estos días es que Chile no le debe nada a Bolivia, y que por lo tanto no tiene porqué ser el primero de los dos países en hacer una propuesta de acuerdo al tema marítimo.
Esto es una falacia. A la hora de establecerse el diálogo de los trece puntos, es evidente que aquello suponía que Chile en su momento haría una propuesta, presentaría un proyecto concreto. ¿Cómo va a ser Bolivia quien ha de proceder a ello? Es obvio que de hacerlo propondría la devolución de toda la actual región de Atacama.
Por lo tanto es Chile quien ha de hacer una propuesta a Bolivia, y a Perú, a los dos al mismo tiempo, porque este ha sido desde el principio y sigue siendo un conflicto entre los tres países.
Y las posibilidades de aquel acuerdo históricamente necesario no son muchas, se cuentan con los dedos de una mano.
Aquí es donde nos topamos con un viejo argumento que escuchamos también hoy, el de que este es un tema bilateral entre Chile y Bolivia. La sola presencia de Perú desmiente tal argumento. Pero hay más, este es en realidad un problema que afecta a todo el continente suramericano. Y los chilenos para encontrar soluciones debemos pensar, sentir y actuar como suramericanos, con afán de integración.
Qué formidable sería que Chile fuera a los foros internacionales con una propuesta de solución que supusiera un paso adelante fundamental en la integración suramericana. Sin temores, con arrojo, retando a la desconfianza para vencerla.
Es cierto que Chile tiene que actuar con generosidad, como también lo es que con la integración con Bolivia, y con Perú, las ganancias son enormes en todo los aspectos de la vida.
Pero para esto hay que pensar correctamente. Los bolivianos también habrán de ser generosos.
Tenemos que entrar en un proceso colectivo de revisión de la idea o concepto de soberanía nacional, ya que aún no somos al parecer como especie capaces de dejarla atrás definitivamente, avanzando a una soberanía de las personas y los pueblos.
En este caso, en los hechos, lo lógico es que pensemos en establecer un gran territorio de integración internacional. El que puede incluir un enclave boliviano en el litoral sin soberanía nacional. El concepto soberanía es de por sí conflictivo, semejante al de propiedad privada.
Los Estados alegan soberanía, y de ella usufructúan unos pocos: los dueños de la tierra, el mar y lo que hay en ellos. Los pueblos sufren la guerra soñando con quimeras. El desarme también es parte de la integración.

jueves, 26 de mayo de 2011

IQUIQUE CLAMA POR PLEBISCITO SOBRE TERMO-ELÉCTRICAS


Por Pedro Armendariz

Repentinamente, sin mediar explicaciones sustantivas, la alcaldesa y concejales de Iquique dejaron en suspenso la realización de un plebiscito comunal sobre el proyecto minero de instalar dos plantas termo-eléctricas en el borde costero, a cincuenta kilómetros al sur de la ciudad.
Retomar la iniciativa de llevar adelante tal plebiscito, o al menos una gran consulta ciudadana bien organizada, es de una gran relevancia.
Sería esta una gran oportunidad de discutir a fondo, o al menos más de lo poco o nada que se ha hecho hasta el momento, sobre las condiciones, necesidades y fines de un amplio plan de desarrollo de la comuna, y de la participación de la comuna en el proceso social regional, nacional e internacional.
Esta es una discusión que los poderes locales dominantes no incentivan en propiedad. Se impone con crudeza la fuerza del pensamiento único, hoy el llamado crecimiento económico, con ganancias privadas y perjuicios sociales.
Es lo que sucede con las termo-eléctricas proyectadas en Patache por la minera transnacional Collahuasi, empresa que necesita energía para ampliar sus faenas de extracción en la cordillera, faenas que supondrán más consumo de agua del desierto y contaminación del ambiente.
Uno de los temas evidentes a discutir es precisamente el papel de la minería en la región de Tarapacá, y también en Arica, porque el destino del norte es compartido por las hoy dos regiones, pese al enorme y desgraciado abismo que las separa, que va mucho más allá de la distancia física.
¿Qué consecuencias ambientales y sociales tiene en Tarapacá el quehacer minero transnacional? El pensamiento único dominante nos dice cada día, a través de sus medios de difusión inmensamente mayoritarios y poderosos, que tales mineras son una bendición para la comunidad regional.
Hay una colusión que nos habla de ello cada día, participan parlamentarios, alcaldes, concejales, gobierno regional, universidades, medios de difusión –diarios, revistas, radios, televisión local- juntas de vecinos, asociaciones sociales de variado tipo, que le hacen el juego, protegen, medran, o callan frente al poder económico y social que han alcanzado las empresas mineras transnacionales, particularmente Collahuasi.
Este aspecto de la vida social, no sólo en Iquique, es un problema, como resaltaba hace pocos días en una columna el profesor de la Universidad Arturo Prat, Haroldo Quinteros, que avasalla la dignidad de la comunidad en conjunto.
¿Qué es sino el llamado de autoridades a no alterar el curso oficial de los actos del 20 y 21 de mayo en Iquique con manifestaciones ciudadanas contrarias a las termo-eléctricas, y a la vez el 20 de mayo inaugurar, con participación de todos los estamentos públicos, una réplica de la corbeta Esmeralda financiada por la minera Collahuasi, proyecto impulsado por la Armada de Chile?
La necesidad de un plebiscito sobre las termo-eléctricas clama en Iquique. Es un problema que debe ser debatido a fondo, como también han de serlo el despojo del mar por un par de empresas pesqueras, la integración regional y el desarme militar paulatino entre nuestros países. Sólo así se estará labrando una cierta claridad hacia el futuro mediato e inmediato de Iquique y el Norte Grande.