jueves, 15 de septiembre de 2022

HOMENAJE AL DÚO SILVA-VERDUGO

Por Pedro Armendariz Durante años, antes de la televisión, cada fin de semana miles de personas a lo largo del país asistían con sus oídos a un espectáculo singular. Dos hombres, con sus micrófonos respectivos, hacían llegar volando por el aire lo que estaba ocurriendo en canchas de fútbol a través de la radio. Estos dos dotados locutores de oficio, que nunca pasaron por ninguna universidad, instituto o taller, eran Darío Verdugo y Sergio Silva. Vivieron en una época de locutores deportivos radiales magníficos, con estilos personales muy originales, como Gustavo Aguirre y Hernán Solís. En aquellos años sesenta, hincha de la Unión y particularmente del Nino Landa, el jugador más hábil, creativo y divertido que ha dado el balompié nacional, si no iba al Santa Laura o al Nacional escuchaba al dúo Silva-Verdugo. Además de la capacidad extraordinaria de ambos para trasladar lo que pasaba en la cancha y en el estadio hasta cada rincón de Chile, la composición compartida tenía una característica fundamental, a la que obedece como preámbulo todo lo escrito hasta ahora. Esta era que cada uno relataba el juego de un equipo y una de las mitades del campo. Pero lo más asombroso era el tempo impreso en cada relato y la sucesión sonora entre ellos. Sergio Silva era una especie de Erik Satie del relato, daba a sus palabras y frases un ritmo armónico lento, descriptivo con elegancia. Darío Verdugo era el vértigo, la velocidad, la abundancia fabulosa de palabras pronunciadas con una rapidez inaudita. Esta conjunción, perfectamente lograda en el relato, de lo lento y lo veloz, causaba un efecto muy benévolo y agradable en el auditor, acorde con el ritmo natural de la vida .

lunes, 2 de mayo de 2022

RENATO CÁRDENAS, LONKO CULTURAL DE CHILOÉ

Por Pedro Armendariz En abril del año 1983 llegué a Ancud desde Santiago a hacerme cargo de la dirección de prensa de la radio Estrella del Mar. Conocí entonces a muchas personas amables y acogedoras, entre ellas a tres amigos que ya han partido de este mundo. El 14 de mayo falleció en Castro Renato Cárdenas, en febrero pasado Nelson González, y en enero del 2004 Gabriel Coddou Espejo. Tuve la suerte de conocerlos muy pronto al llegar a la isla. Renato pasó a ser de inmediato el corresponsal de la radio en Castro, por indicación de Francisco Valiente, director de la Fundación para el desarrollo de Chiloé, dependiente del obispado católico de Ancud, y sustentadora de la radio. Renato era un tipo muy diligente, acompañado en ese tiempo por Catherine Hall, también lamentablemente fallecida. Constituían una pareja presente visible en la vida política y cultural de las islas del archipiélago. Al intenso quehacer político amalgaman la investigación sobre la historia, la religiosidad y la mitología en Chiloé, escribiendo en conjunto varios libros en aquellos años. Luego Catherine se integró a la banda Bordemar como flautista, tocando en ella más de veinte años. Renato me parecía un lonko huilliche sin reconocimiento oficial, y a la vez un intelectual de primer nivel de la cultura occidental. En sí mismo tenía a ambos mundos, como su maestro en la universidad en Valparaíso en los años sesenta, José María Arguedas. Conocedores ambos de sus culturas ancestrales y de los nefastos efectos en ellas de la penetración colonizadora. Siempre tenía presente la defensa del patrimonio cultural de Chiloé. En su imaginación pensaba un Chiloé posible con una vida ajena al torbellino del mundo occidental dominante, en un conjunto de islas que tiene lo necesario para constituir una sociedad con signos distintivos. Nelson González el 83 vivía en Ancud. Arquitecto autónomo, trabajaba con carpinteros chilotes, insuperables en el uso y manejo de la madera, construyendo bellas y originales casas y edificios en los que mezclaba estilos recogiendo lo fundamental de la arquitectura histórica de Chiloé. Junto a esta labor combinaba la acción política contra la dictadura. Gabriel Coddou también era muy activo en la acción contraria a la tiranía. El centro de su vida, además de su familia, era la música clásica, y más concretamente llevar esta música al seno de la comunidad. Daba clases, formaba grupos, organizaba festivales, era profesor visitante en comunidades huilliches. La calidad humana y la generosidad de estos tres eminentes chilotes era extraordinaria, como estoy seguro que lo podrán testificar las muchas personas que tuvieron la suerte de conocerlos y poder compartir amistosamente con ellos. Nos sumamos a la pena de sus seres queridos.

jueves, 14 de abril de 2022

NO AL RITMO ABRUMADOR DE LOS FRENÉTICOS

Por Pedro Armendariz A la semana de asumido el gobierno los medios dominantes empiezan a hablar de balances, de encuestas, de la subida o bajada de la imagen del presidente, del porcentaje de la población que está a favor o en contra de las nuevas autoridades, y de los indiferentes, que dicen también los hay. O sea, estamos en presencia de un circo. En la tormenta social que montan los dueños del circo y su personal, el ritmo que se auto imponen en el quehacer de su elaboración lo trasladan a la población mediante un bombardeo de mensajes e imágenes abrumador. Los portaaviones de la flota mediática son los canales de televisión, particularmente los llamados de televisión abierta. La televisión y la radio necesitan de una nueva constitución. Con actores que no cedan ante la atracción y las trampas del sugestivo frenesí que se busca con éxito imponer. La prisa, el apuro, el agobio, la sensación de vivir en un naufragio, en un caos, fin de mundo, es lo que palpita y subyace en la facilidad que encuentran para manipular groseramente y a la vez con sofisticación al ser humano. Hay que procurar no seguir el ritmo y los ataques de los frenéticos, que machacan cada día la posibilidad y la capacidad de reflexión, de pensar y razonar que cada persona tiene ante la realidad. Trabajan los frenéticos en pro de la manipulación y el condicionamiento. La publicidad comercial constante en la televisión, una bofetada a la especie humana. En los tiempos que corren, abiertos a cambios incluso fundamentales si tienen el sustento necesario y el acuerdo debido, televisión nacional podría hacer un esfuerzo por cambiar radicalmente sus valores y prácticas. Sucumbió ante el poder del dinero, y ante el poder político. Y parece casi imposible ver que salga de ahí. Expresión del frenesí dominante fue en su momento la instalación en TVN de un canal de noticias de 24 horas. No de un canal cultural, postergado hasta el día de hoy. Habrá ojalá en el país personas capaces y con ganas de trabajar en la realización de contenidos culturales en su amplia diversidad, sin o con poco anhelo de dinero más allá del necesario para vivir. Esto último es complicado, afectados todos más o menos por una variante también dominante del síntoma del frenesí: la codicia, ya sea de dinero, de reconocimiento, poder, posición, rango o clase. Pareciera evidente que el viento que infla e impulsa la inflación actual en el mundo es la fiebre codiciosa que siempre quiere más y más, actitud incomprensible y condenable que destruye la posibilidad de equilibrio y armonía social.