domingo, 30 de septiembre de 2018

BOLIVIA Y CHILE: CONTRA LA TONTERÍA Y EL MIEDO


Por Pedro Armendariz

Parece mentira en lo que estamos con Bolivia. Va siendo hora de nuevas propuestas, y de prestar atención a las que en el pasado han puesto de mejor forma las cartas sobre la mesa.

De las que conozco, me parece la más razonable la que escuché y dejé escrito del profesor y diplomático Oscar Pinochet de la Barra, fallecido el año 2014.

En una entrevista publicada en La Nación Domingo, con ocasión de la publicación de su libro Chile-Bolivia ¡Hasta cuándo! –editorial LOM-, Pinochet de la Barra explica la posibilidad de un enclave boliviano al norte de Arica, evitando complicar de partida las cosas con Perú, como hace el corredor fronterizo.

Lo más interesante quizás, como advertía el profesor, es que aquel pequeño enclave debe ir acompañado de un proceso de integración internacional de la zona, incluyendo Chile, Bolivia y Perú.

Una amplia zona donde se aplique una política clara y profunda de integración. Cada cual sigue siendo lo que es y a lo suyo, pero eliminando progresivamente lo que divide, separa y aleja, para que vayamos cambiando todos.

Desde luego, como principal hecho concreto y simbólico, retirar todo tipo de establecimiento y presencia militar en la zona. No a ejércitos y fronteras minadas. Al contrario, fronteras crecientemente fluidas.

Trabajar en conjunto proyectos de inversión productiva, que tengan por objeto abastecer a los tres países, al menos.

Las universidades tienen en el acercamiento cultural, político, social y económico un papel fundamental a jugar, con una voluntad y constancia hasta hoy muy fría, asustada o indiferente.

Los medios de comunicación, que el norte mantienen una indiferencia, sino un nacionalismo, que los lleva a ignorar una parte fundamental de la realidad y necesidad de la región. Vendidos en general al poder y el dinero que lo acompaña, son ciegos a los temas fundamentales.

La comunidad en general en el norte, vive una vida no solo alejada de conflictividad con Perú y Bolivia; los viajes y los intercambios comerciales son muy numerosos e importantes en el balance económico regional y la vida personal.

La fiesta de la Tirana, la más importante del norte grande, es también una celebración internacional, donde participan bailes peruanos y bolivianos, y a la virgen la acompañan las banderas de Chile, Argentina, Bolivia y Perú.

Sin embargo es también muy fuerte una actitud nacionalista del peleón que valora el sentirse parte de los vencedores. Lo acompaña el miedo a la venganza, desconfía, vive con una tensión innecesaria y dañina. Cree que aumenta su estatura con creencias tóxicas.

Es hora de que superemos tanta ceguera que nos limita, y abramos los ojos y las manos a los países vecinos, particularmente a Bolivia y Perú, donde hay deudas pendientes.  

viernes, 19 de enero de 2018

FRANCISCO Y LAS REDES DEL SILENCIO



Por Pedro Armendariz

 Ha habido abuso psicológico, sexual, emocional hacia niños y jóvenes por parte de curas y obispos, y ha habido una campaña de prensa, más o meno deliberada, para acentuar este aspecto y tapar los asuntos y temas de fondo que el papa Francisco plantea con una fuerza y persistencia encomiable en este mundo cínico y brutal.

El desvarío que viven los medios de comunicación dominantes en Chile se ha expresado nítido estos días de paso del papa en el país. Es tal el trastorno intelectual y emocional que parece provocarles la palabra del papa, que estando en frontal desacuerdo con ella, optan por silenciarla.

Las derechas y sus medios desde el principio del papado del argentino optaron estratégicamente por bajarle el perfil, ignorarlo, sacarlo de la portada y no poner en la palestra sus planteamientos referentes al modelo de sociedad y economía, la destrucción del medio ambiente, la defensa de los pueblos originarios, su fuerte postura a favor de los migrantes. Todos ellos temas también indiferentes al pensamiento crítico y reflexivo de la mayoría de habitantes del país.

Escozor debe haber causado en muchos de los oyentes la homilia de esta mañana en Playa Lobito de Iquique. No hay en Chile mujer u hombre público que haga semejante llamado a recibir y aceptar al extranjero.

O el clamor por el buen vivir que pronunció en Temuco, propio del pueblo mapuche y los pueblos andinos. No sale en la televisión, ni en los diarios duopólicos.


Hay en el discurso en La Moneda profesía y poesía, atributos de un buen político.

El futuro de Chile según el papa "se juega, en gran parte, en la capacidad de escuchar que tengan su pueblo y sus autoridades..."

"Con esta capacidad de escucha somos invitados —hoy de manera especial— a prestar una preferencial atención a nuestra casa común. Escuchar nuestra casa común: fomentar una cultura que sepa cuidar la tierra y para ello no conformarnos solamente con ofrecer respuestas puntuales a los graves problemas ecológicos y ambientales que se presentan; en esto se requiere la audacia de ofrecer «una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático» que privilegia la irrupción del poder económico en contra de los ecosistemas naturales y, por lo tanto, del bien común de nuestros pueblos. La sabiduría de los pueblos originarios puede ser un gran aporte. De ellos podemos aprender que no hay verdadero desarrollo en un pueblo que dé la espalda a la tierra y a todo y a todos los que la rodean. Chile tiene en sus raíces una sabiduría capaz de ayudar a trascender la concepción meramente consumista de la existencia para adquirir una actitud sapiencial frente al futuro".

Escuchando y leyendo al papa es sorprendente verlo recibir al unísono ataques desde la derecha y la izquierda. Una vez más creo que queda en evidencia la cortedad de miras, la falta de sentido político histórico de las izquierdas, que no comprenden la importancia de compartir y avalar ante los ojos del pueblo de trabajo los planteamientos papales que hemos señalado, y otros que también resaltan, como el trato a los presos y presas.

En la Moneda el papa dijo que "El alma de la chilenía es vocación a ser, esa terca voluntad de existir". Ambas condiciones requieren de nosotros contenido y respuesta.