sábado, 9 de mayo de 2009

PASCUA LAMA: VENDIENDO EL ALMA AL DIABLO


Por Pedro Armendariz

Al sur del desierto de Atacama, cursos de agua milenarios que descienden desde la Cordillera abrieron un cause en la piedra, tallando una quebrada que entre montañas va al encuentro del mar. Fruto de aquel larguísimo proceso de la naturaleza es el Valle del Huasco.


La fuente de este oasis de belleza y fertilidad, se encuentra en las cumbres de las cercanas montañas andinas, a cuatro mil metros de altitud, en un conjunto de glaciares que aportan caudal a varios ríos en su nacimiento. Algunos de ellos dan vida más abajo al río Huasco, que es la columna vertebral del valle del mismo nombre.

La ambición y la codicia, viejas enemigas de la justicia y la paz, han levantado una espada que pende amenazante sobre aquella armonía natural milenaria de la que disfrutan sus habitantes.

Se trata del proyecto Pascua Lama, una nueva tentación para muchos chilenos, a estas alturas un pueblo dispuesto a venderle el alma al diablo.

Es demasiado evidente para no verlo. A cambio de unas monedas de oro, se está poniendo en manos de una empresa transnacional, gravemente cuestionada en diversos países del mundo por sus actuaciones, nada menos que el control en los hechos del agua que abastase la vida de los valles de la zona.

Basta leer la resolución exenta 024 de la Comisión Regional del Medio Ambiente -Región de Atacama-, para constatar la rotunda intervención que supone en las fuentes y los cursos de agua el proyecto Pascua Lama. Está claro que nunca nada será igual en el Valle del Huasco y sus alturas si tal proyecto llega a ejecutarse.

No sólo el agua se verá afectada, con faenas industriales que requieren de una gran cantidad de ella en una geografía donde es muy escasa: también se verá afectada la calidad de vida de los vecinos agricultores, de los habitantes de Vallenar y demás localidades.

La hermosa ciudad de Vallenar, que aún conserva aspectos y valores de vida y urbanísticos ya desaparecidos en la gran mayoría de las ciudades de Chile: tranquilidad, poco tránsito de vehículos, ausencia de altos edificios, aire puro, un río inmaculado, abundantes árboles.

Al leer la resolución 024 de la Corema de Atacama, que afirma que el proyecto de explotación de Pascua Lama no conlleva ningún tipo de peligros ni riesgos para la población y la naturaleza, las dudas y temores se mantienen y aumentan.

¿Cómo una empresa que en su primera presentación de Estudio de Impacto Ambiental no hace mención a la existencia de los glaciares situados sobre la mina que piensa explotar, puede ser creíble a la hora de prometer una infinidad de acciones de altísima complejidad con el fin de proteger el medio ambiente en el cual quiere operar?

Se está autorizando la intervención de la industria minera pesada, a rajo abierto, con la utilización a gran escala de tóxicos, entre ellos el principal, cianuro en grandes cantidades, en un espacio ecológico de extraordinaria complejidad y muy frágil. Y esto en un país que carece de una institucionalidad fiscalizadora acorde.

Una grave anomalía del sistema de tramitación de proyectos de la envergadura de Pascua Lama, es que se permite a las empresas empezar a operar en la zona de impacto, antes de que se aprueben todas las condiciones y el proyecto cuente con los permisos para partir.

En este caso, el año 2005, la directiva de entonces de la Junta de Vigilancia del Valle del Huasco, compuesta por los dueños de derechos de aguas de riego, firmó un protocolo con la minera Barrick Gold, en el cual ésta entregó a la Junta 60 millones de dólares pagaderos en 20 años, a razón de 3 millones anuales, para desarrollar programas de riego.

Esta entrega de dinero, que no pocos califican de soborno, en la resolución exenta 024 de la Corema de Atacama es considerada un "aporte" y una "medida mitigatoria" ante el hecho, "poco probable, que la presencia de la mina ubicada aguas arriba del valle, sea un factor que afecte el rendimiento agrícola de la zona". ¡Medidas mitigatorias antes de empezar la explotación!.

Con ocasión de la firma de tal protocolo, el intendente regional de la época apareció en avisos publicitarios junto a ejecutivos de la empresa minera, lo que constituye una anomalía y un abuso.

Desde hace más de quince años los operadores de Pascua Lama se encuentran accionando en nuestro país para llevar a cabo sus planes. Lamentablemente para Chile, las máximas autoridades del país, no respetando las normas y procedimientos que, a partir de 1994, ellas mismas han establecido para regular el impacto medioambiental de proyectos de inversión, han abierto las puertas y facilitado las cosas a Barrick Gold.

En la ciudad de Vallenar, en Alto del Carmen y las otras localidades de aquellos valles extraordinarios, hay variadas y numerosas personas, instituciones y organizaciones que se han opuesto y oponen al proyecto de la transnacional minera, organizaciones ciudadanas que, pese a intentos reiterados, no han sido recibidos en audiencia en La Moneda por la presidenta Michelle Bachelet. (¿Gobierno ciudadano?).

Contraria suerte corrieron los máximos ejecutivos de la poderosa transnacional canadiense, quienes sí fueron recibidos a fines de abril pasado por la presidenta de la república en su despacho.

Días antes, la plana mayor de Barrick Gold gozó de similar atención en la Casa Rosada de Buenos Aires por parte de la presidenta Cristina Fernández. A aquella cita acudió el fundador y presidente ejecutivo de Barrick Gold, Peter Munk, ausente en la reunión con Bachelet. De ambas reuniones no se entregaron versiones oficiales ni hubo declaraciones a la prensa.

El proyecto Pascua Lama, por la ubicación geográfica del mineral, que comprende una superficie situada a ambos lado de la línea fronteriza, involucra a Chile y Argentina. La primera piedra en su andadura la pusieron en conjunto Carlos Menem y Eduardo Frei, al suscribir como presidentes un tratado minero binacional que lo tornaba viable.

En vista de la intervención de glaciares andinos por parte de Barrick Gold en faenas mineras en territorio argentino, el gobierno de Fernández retiró un proyecto de ley que buscaba garantizar su conservación.

Los antecedentes de Peter Munk y de Barrick Gold dejan mucho que desear, desde un punto de vista político, económico, moral, penal y medioambiental.

Peter Munk es de ideas ultraderechistas, fue muy cercano a Pinochet. Es amigo del multimillonario Adnan Kashoggi, traficante de armas conocido internacionalmente, implicado en el escándalo del caso Irán-Contra, quien facilitó el dinero a Munk para iniciar la empresa Barrick Gold, y fue su primer accionista mayoritario.

Lo anterior lo afirma el periodista y escritor Greg Palast en una entrevista realizada por Carla Alonso y Miguel Paz publicada en La Nación Domingo del 29 de mayo del 2005. Palast es autor del libro "La mejor democracia que se puede comprar con dinero" (Editorial Crítica-Barcelona), donde da cuenta de las andanzas de Peter Munk y Barrick Gold. (No deja de ser curioso que en inglés oro y Dios sean casi la misma palabra, salvo una sonora letra L).

En aquella entrevista a La Nación Domingo, Greg Palast se refiere a las acusaciones que formuló a Barrick Gold en un reportaje publicado en el principal diario inglés, The Guardian. Ahí afirma que Barrik Gold sepultó vivos a cincuenta mineros en unos piques de Tanzania.

En agosto de 1995, con bulldozers, la empresa Barrick Gold, con la ayuda de la policía de Tanzania, procedió a tapar los piques con tierra, muriendo los mineros en su interior. Este fue el camino que tomó la empresa transnacional para zanjar la disputa por la propiedad territorial que sostenía con los pequeños mineros locales.

Barrick Gold se querelló contra The Guardian y luego retiro la querella, pero el juez inglés dejó constancia de que la minera transnacional "no podía decir que nadie murió en esas minas". The Guardian nunca retiró la acusación ni desmintió su información de que aquel elevado número de personas fue sepultado estando vivas. La policía disparo sobre las familias de los mineros atrapados que protestaban ante la barbarie.

En otro caso, más reciente, el Ministerio de Finanzas de Noruega anunció que el Fondo Soberano, que recibe y administra los dineros de las pensiones de los trabajadores, excluyó de su cartera de inversiones a Barrick Gold por razones de falta de ética ambiental .

El gobierno noruego tomó tal decisión en vista de lo actuado por Barrick Gold en Nueva Papúa Guinea. En este país, explotando la mina de oro Portera, la minera ha vertido por años metales pesados, incluyendo mercurio, al cause del río Strickland, causando daños irreparables a la salud de los habitantes ribereños, a la fauna, la flora y el medio ambiente en general. También se acusa a los guardias de seguridad de la empresa de asesinatos, violaciones y de propinar golpizas a lugareños.

El 11 de mayo pasado, en el diario electrónico argentino Cuyonoticias, José Rodríguez Pardo informa de una reunión realizada el 6 de mayo en Ottawa entre dirigentes comunitarios y sociales de diversos países, uno de ellos Chile, y parlamentarios canadienses. En la ocasión, el representante de las víctimas de Barrick Gold en Papúa Nueva Guinea, Jethro Tulin, denunció, junto a los hechos de violencia criminal ya señalados, que la empresa quemó trescientas viviendas para desalojar a los pobladores del área de los yacimientos mineros.

Mientras, los gobiernos de Chile y Argentina le allanan el camino a Barrick Gold para que pueda llegar a explotar el yacimiento de Oro y plata de Pascua Lama.

El 10 de mayo, el diario La Nación Domingo publicó una entrevista a la ministra del Medio Ambiente de Chile, Ana Lya Iriarte. En ella, la ministra informa de la aprobación por la Cámara de Diputados del proyecto de ley que contiene las bases de la nueva institucionalidad medioambiental del país.

El futuro está por verse, mientras tanto la entrevista a la ministra Iriarte confirma que, hasta el momento, la protección del medio ambiente por parte del Estado ha sido inexistente o, a lo más, sumamente ineficiente. Ha faltado, o no ha habido, fiscalización a las empresas en la realización le sus proyectos, ni fiscalización a los numerosos organismos del estado que toman las decisiones en esta materia. Para corregir estas graves carencias, el proyecto contempla la próxima creación de una Superintendencia medioambiental.

Contempla también el proyecto de ley un cambio fundamental a la Conama, con el objeto de que aumente la seriedad y veracidad en lo que concierne a los llamados estudios de impacto ambiental, que hoy las propias empresas que desean explotar un proyecto han de elaborar y presentar ante la administración estatal.

Ante semejante carencia institucional que ha acompañado a Pascua Lama, ¿cómo los máximos responsables del Estado autorizan un proyecto con tal alto riesgo para una comunidad numerosa y próspera, poniendo en peligro los sustentos más fundamentales y delicados de su subsistencia y calidad de vida?.

Pascua Lama es un asunto que concierne a todo el país, no sólo a quienes afectaría directamente. Es de lamentar que, en una claudicación más, la Cámara de Diputados se haya negado a aceptar el nombramiento de una comisión fiscalizadora de este largo proceso, como lo solicitaron amplios sectores de la comunidad del Valle del Huasco y comunidades vecinas. Es ahora la ciudadanía la que tiene la palabra, la que puede levantar la voz y salir a la calle a manifestarse y exigir un no rotundo a semejante proyecto.