lunes, 2 de mayo de 2022

RENATO CÁRDENAS, LONKO CULTURAL DE CHILOÉ

Por Pedro Armendariz En abril del año 1983 llegué a Ancud desde Santiago a hacerme cargo de la dirección de prensa de la radio Estrella del Mar. Conocí entonces a muchas personas amables y acogedoras, entre ellas a tres amigos que ya han partido de este mundo. El 14 de mayo falleció en Castro Renato Cárdenas, en febrero pasado Nelson González, y en enero del 2004 Gabriel Coddou Espejo. Tuve la suerte de conocerlos muy pronto al llegar a la isla. Renato pasó a ser de inmediato el corresponsal de la radio en Castro, por indicación de Francisco Valiente, director de la Fundación para el desarrollo de Chiloé, dependiente del obispado católico de Ancud, y sustentadora de la radio. Renato era un tipo muy diligente, acompañado en ese tiempo por Catherine Hall, también lamentablemente fallecida. Constituían una pareja presente visible en la vida política y cultural de las islas del archipiélago. Al intenso quehacer político amalgaman la investigación sobre la historia, la religiosidad y la mitología en Chiloé, escribiendo en conjunto varios libros en aquellos años. Luego Catherine se integró a la banda Bordemar como flautista, tocando en ella más de veinte años. Renato me parecía un lonko huilliche sin reconocimiento oficial, y a la vez un intelectual de primer nivel de la cultura occidental. En sí mismo tenía a ambos mundos, como su maestro en la universidad en Valparaíso en los años sesenta, José María Arguedas. Conocedores ambos de sus culturas ancestrales y de los nefastos efectos en ellas de la penetración colonizadora. Siempre tenía presente la defensa del patrimonio cultural de Chiloé. En su imaginación pensaba un Chiloé posible con una vida ajena al torbellino del mundo occidental dominante, en un conjunto de islas que tiene lo necesario para constituir una sociedad con signos distintivos. Nelson González el 83 vivía en Ancud. Arquitecto autónomo, trabajaba con carpinteros chilotes, insuperables en el uso y manejo de la madera, construyendo bellas y originales casas y edificios en los que mezclaba estilos recogiendo lo fundamental de la arquitectura histórica de Chiloé. Junto a esta labor combinaba la acción política contra la dictadura. Gabriel Coddou también era muy activo en la acción contraria a la tiranía. El centro de su vida, además de su familia, era la música clásica, y más concretamente llevar esta música al seno de la comunidad. Daba clases, formaba grupos, organizaba festivales, era profesor visitante en comunidades huilliches. La calidad humana y la generosidad de estos tres eminentes chilotes era extraordinaria, como estoy seguro que lo podrán testificar las muchas personas que tuvieron la suerte de conocerlos y poder compartir amistosamente con ellos. Nos sumamos a la pena de sus seres queridos.