Por Pedro Armendariz
Parece
mentira en lo que estamos con Bolivia. Va siendo hora de nuevas propuestas, y
de prestar atención a las que en el pasado han puesto de mejor forma las cartas
sobre la mesa.
De las que
conozco, me parece la más razonable la que escuché y dejé escrito del
profesor y diplomático Oscar Pinochet de la Barra, fallecido el año 2014.
En una
entrevista publicada en La Nación Domingo, con ocasión de la publicación de su
libro Chile-Bolivia ¡Hasta cuándo! –editorial
LOM-, Pinochet de la Barra explica la posibilidad de un enclave boliviano al
norte de Arica, evitando complicar de partida las cosas con Perú, como hace el
corredor fronterizo.
Lo más
interesante quizás, como advertía el profesor, es que aquel pequeño enclave debe ir acompañado de un
proceso de integración internacional de la zona, incluyendo Chile, Bolivia y
Perú.
Una amplia
zona donde se aplique una política clara y profunda de integración. Cada cual
sigue siendo lo que es y a lo suyo, pero eliminando progresivamente lo que
divide, separa y aleja, para que vayamos cambiando todos.
Desde luego,
como principal hecho concreto y simbólico, retirar todo tipo de establecimiento
y presencia militar en la zona. No a ejércitos y fronteras minadas. Al
contrario, fronteras crecientemente fluidas.
Trabajar en
conjunto proyectos de inversión productiva, que tengan por objeto abastecer a
los tres países, al menos.
Las
universidades tienen en el acercamiento cultural, político, social y económico
un papel fundamental a jugar, con una voluntad y constancia hasta hoy muy fría,
asustada o indiferente.
Los medios
de comunicación, que el norte mantienen una indiferencia, sino un nacionalismo,
que los lleva a ignorar una parte fundamental de la realidad y necesidad de
la región. Vendidos en general al poder y el dinero que lo acompaña, son ciegos a los temas fundamentales.
La comunidad
en general en el norte, vive una vida no solo alejada de conflictividad con
Perú y Bolivia; los viajes y los intercambios comerciales son muy numerosos e
importantes en el balance económico regional y la vida personal.
La fiesta de
la Tirana, la más importante del norte grande, es también una celebración
internacional, donde participan bailes peruanos y bolivianos, y a la virgen la
acompañan las banderas de Chile, Argentina, Bolivia y Perú.
Sin embargo
es también muy fuerte una actitud nacionalista del peleón que valora el
sentirse parte de los vencedores. Lo acompaña el miedo a la venganza,
desconfía, vive con una tensión innecesaria y dañina. Cree que aumenta su estatura con creencias tóxicas.
Es hora de
que superemos tanta ceguera que nos limita, y abramos los ojos y las manos a
los países vecinos, particularmente a Bolivia y Perú, donde hay deudas
pendientes.
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