jueves, 26 de mayo de 2011

IQUIQUE CLAMA POR PLEBISCITO SOBRE TERMO-ELÉCTRICAS


Por Pedro Armendariz

Repentinamente, sin mediar explicaciones sustantivas, la alcaldesa y concejales de Iquique dejaron en suspenso la realización de un plebiscito comunal sobre el proyecto minero de instalar dos plantas termo-eléctricas en el borde costero, a cincuenta kilómetros al sur de la ciudad.
Retomar la iniciativa de llevar adelante tal plebiscito, o al menos una gran consulta ciudadana bien organizada, es de una gran relevancia.
Sería esta una gran oportunidad de discutir a fondo, o al menos más de lo poco o nada que se ha hecho hasta el momento, sobre las condiciones, necesidades y fines de un amplio plan de desarrollo de la comuna, y de la participación de la comuna en el proceso social regional, nacional e internacional.
Esta es una discusión que los poderes locales dominantes no incentivan en propiedad. Se impone con crudeza la fuerza del pensamiento único, hoy el llamado crecimiento económico, con ganancias privadas y perjuicios sociales.
Es lo que sucede con las termo-eléctricas proyectadas en Patache por la minera transnacional Collahuasi, empresa que necesita energía para ampliar sus faenas de extracción en la cordillera, faenas que supondrán más consumo de agua del desierto y contaminación del ambiente.
Uno de los temas evidentes a discutir es precisamente el papel de la minería en la región de Tarapacá, y también en Arica, porque el destino del norte es compartido por las hoy dos regiones, pese al enorme y desgraciado abismo que las separa, que va mucho más allá de la distancia física.
¿Qué consecuencias ambientales y sociales tiene en Tarapacá el quehacer minero transnacional? El pensamiento único dominante nos dice cada día, a través de sus medios de difusión inmensamente mayoritarios y poderosos, que tales mineras son una bendición para la comunidad regional.
Hay una colusión que nos habla de ello cada día, participan parlamentarios, alcaldes, concejales, gobierno regional, universidades, medios de difusión –diarios, revistas, radios, televisión local- juntas de vecinos, asociaciones sociales de variado tipo, que le hacen el juego, protegen, medran, o callan frente al poder económico y social que han alcanzado las empresas mineras transnacionales, particularmente Collahuasi.
Este aspecto de la vida social, no sólo en Iquique, es un problema, como resaltaba hace pocos días en una columna el profesor de la Universidad Arturo Prat, Haroldo Quinteros, que avasalla la dignidad de la comunidad en conjunto.
¿Qué es sino el llamado de autoridades a no alterar el curso oficial de los actos del 20 y 21 de mayo en Iquique con manifestaciones ciudadanas contrarias a las termo-eléctricas, y a la vez el 20 de mayo inaugurar, con participación de todos los estamentos públicos, una réplica de la corbeta Esmeralda financiada por la minera Collahuasi, proyecto impulsado por la Armada de Chile?
La necesidad de un plebiscito sobre las termo-eléctricas clama en Iquique. Es un problema que debe ser debatido a fondo, como también han de serlo el despojo del mar por un par de empresas pesqueras, la integración regional y el desarme militar paulatino entre nuestros países. Sólo así se estará labrando una cierta claridad hacia el futuro mediato e inmediato de Iquique y el Norte Grande.

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