jueves, 11 de febrero de 2010

HENRY DAVID THOREAU Y EL IMPERIALISMO


Por Pedro Armendariz

Cuando las cosas no van en América del Sur por el camino que a Estados Unidos le interesa, sabemos cuáles son y han sido sus reacciones contra los países suramericanos no dispuestos a llevarles el amén. Como si hubiese escrito para ser leído hoy, en 1849 Henry David Thoreau, pensando y condenando la invasión y despojo de su país, Estados Unidos, a México, escribió en su libro Desobediencia Civil acerca del comportamiento del pueblo norteamericano y su gobierno:

"Si alguien fuere a decirme que el presente es un mal gobierno porque gravó ciertos artículos extranjeros arribados a sus puertos, lo más probable es que me quedara impertérrito puesto que puedo pasarme perfectamente sin ellos: todas las máquinas poseen roces. Y posiblemente ello resulte en bien suficiente para contrarrestar el mal. En cualquier caso, es mal mayor el soliviantarse por ello. Pero, cuando los roces buscan máquina en que alojarse, y la opresión y el robo se organizan, yo digo: desprendámonos de esta máquina inmediatamente. En otras palabras, cuando la sexta parte de la población de un país que se ha arrogado el título de país de la libertad la componen los esclavos, y toda una nación es injustamente arrollada y conquistada por un ejército extranjero y sometida a la ley marcial, creo que no es demasiado temprano para que los hombres honrados se rebelen y hagan la revolución. Y lo que hace este deber tanto más urgente es el hecho de que el país así arrollado no es el nuestro, y sí lo es, en cambio, el ejército invasor".

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