Por Pedro Amendariz
En el programa de televisión Tolerancia Cero Marcel Claude se
refirió al presidente de Ecuador, Rafael Correa, como el ejemplo de una trayectoria
política que le gustaría recorrer.
Me imagino que el candidato a la presidencia de Chile alude
a la no militancia partidaria de Correa, y al haber alcanzado la presidencia
con el apoyo de los principales movimientos sociales del país, para desde ahí
impulsar un proceso de superación de la institucionalidad política y el modelo
económico neocapitalista a través de una Asamblea Constituyente.
El problema es que en su desempeño como presidente, Rafael Correa
se ha enfrentado, descalificado y reprimido a los sectores sociales
ecuatorianos equivalentes a los que el candidato Marcel Claude dice y pide
representar en Chile.
Sin quererlo, sin a lo mejor darse cuenta, sus palabras
aportan a la confusión ideológica que reina hoy en las izquierdas latinoamericanas.
Rafael Correa en su primera elección presidencial fue
apoyado por un conjunto de organizaciones sociales que llevaban décadas
luchando contra el modelo neocapitalista en Ecuador, destacando entre ellos las
organizaciones de los pueblos originarios y las organizaciones ecologistas.
Lamentablemente pronto se vio que el presidente Correa tenía
un proyecto político muy alejado de las organizaciones sociales. El quiebre se
hizo patente ya en la Asamblea
Constituyente. Su presidente, Alberto Acosta renunció durante
la elaboración de la nueva constitución por diferencias con Correa.
Desde entonces las cosas han ido de mal en peor. El
presidente ha convertido a ecologistas e indigenistas en sus enemigos
declarados, no se cansa de descalificarlos. Lo hizo también respecto a la
resistencia de los mapuche durante su última visita a Chile para la Feria del Libro, viaje en el
cual antes de aterrizar en Santiago lo hizo en el norte para visitar un gran
emplazamiento de explotación minera.
En su país Rafael Correa impulsa una política expansiva de
la explotación minera y petrolera a gran escala. Bajo su mando hace entrada en
el país la mega-minería, hasta ahora ausente en el Ecuador. Estas políticas extractivistas suponen la explotación de
recursos en tierras pertenecientes y donde viven desde fecha inmemorial pueblos
ancestrales, por lo cual está planteado un gran conflicto social.
En este marco Correa, a estas alturas un auténtico caudillo
político, clama contra los ecologistas románticos y los izquierdistas
infantiles, o los trata de terroristas, con un alto número de dirigentes
sometidos a proceso judicial.
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