viernes, 10 de mayo de 2024

La orden y el aguijón

P.A. 


Ejecutar una orden conlleva recibir un aguijón. Elías Canetti lo afirma en su libro Masa y Poder, donde se pregunta sobre algo tan viejo como el mundo: la orden.

Canetti observa que recibir órdenes es un acompañante molesto para el ser humano desde la infancia, etapa de la vida que llega a confundirse con el curso de un ordenamiento integral.

Cada orden que se obedece y lleva a cabo deja una huella en el cerebro del ejecutor, el aguijón. Es inmutable, permanece en el tiempo, no se olvida.

Los aguijones se van acumulando en el sujeto, quien ante el descalabro puede intentar una inversión del hecho, aplicando a otros la violencia que habita en su mundo interno.

Un espacio eminente en la existencia de órdenes son los ejércitos, cuya esencia es la disciplina. El soldado, dice Canetti, es “una criatura en extremo curiosa, más figura estereométrica que criatura. Lo que lo caracteriza ante todo es que vive siempre en el estado de espera de órdenes”.

Canetti dice que en los ejércitos conviven dos tipos de disciplina. Una es la manifiesta de las órdenes; la otra es la disciplina de la promoción, de carácter oculto, secreto.

La promoción de grado está directamente relacionada con los aguijones órdenes recibidos, que en el caso del soldado “está claro que deben acumularse de manera francamente monstruosa”.

El soldado saturado de aguijones, dice Canetti, solo tiene una posibilidad de cambiar su espantosa situación: una promoción.

De solo obedecer pasa también a ordenar. “Sus aguijones ahora hacen aparición como órdenes”.

El soldado no está facultado para desprenderse a su capricho de sus aguijones, “pero es puesto en una situación que es precisamente la indicada para ello: debe ordenar”.

Las promociones alivian los efectos de la recepción de aguijones. Se puede ordenar mientras se sigue obedeciendo órdenes, con “la fundada esperanza que uno se deshará de ellos” en el futuro.

“Si se resume este proceso, dice Canetti, puede decirse lo siguiente: la disciplina manifiesta del ejército se expresa en la emisión actual de órdenes; la disciplina secreta consiste en la utilización de aguijones órdenes almacenados”.

(Texto escrito recordando a Franco Vargas y a todos los muchachos que sufren y han sufrido formación militar).

domingo, 24 de marzo de 2024

SIMONE WEIL Y EL IMPERIO DE LA FUERZA

P.A.

Simone Weil pensaba, discrepando con Marx, que para entender el mundo y actuar en él había que poner atención, percibir y entender, antes de los fenómenos económicos, la presencia y acción de lo ella llamaba la fuerza.

Casi sin excepción, dice Weil, los seres humanos durante el transcurso de sus vidas sufrirán hechos, situaciones o acontecimientos donde estarán envueltos, enlodados, explotados o arrasados por la fuerza. Ganar terreno al imperio de la fuerza en las relaciones humanas de todo tipo, es una ardua labor. Tal era un profundo anhelo de la filósofa francesa.

En el escrito “La Ilíada, o el poema de la fuerza”, Weil constata que la fuerza, en este caso desplegada en la guerra entre troyanos y griegos, daña, con rasgos particulares y diferentes a unos y otros, vencedores y vencidos.

Desde muy joven Simone Weil se interesa por el acontecer político y social, siendo partícipe de los problemas, conflictos y luchas de la clase obrera. Vivió solo 34 años, y su historia vital y escritos asombran por su contenido, intensidad y amplitud.




La fuerza aplasta a los seres humanos, y vivimos en un mundo de constante combate donde predomina. Simone Weil enfrenta esta realidad violenta en los hechos, físicamente se compromete, e intelectualmente desarrolla una obra muy extensa planteando cambios radicales en el pensamiento y la sociedad.

Siempre rechazó el sometimiento de seres humanos a la fuerza física y psicológica. Pacifista cuando muy joven, había nacido el año 1909 en una familia judía no practicante de la burguesía francesa. En 1932, con veintidós años, viajó a Berlín a ver con sus propios ojos qué estaba pasando en Alemania convulsionada. Publicó a su vuelta a Francia una serie de artículos en revistas de izquierda donde denunciaba alarmada cómo la pugna entre la socialdemocracia y los comunistas estaba abriendo la puerta del poder del estado al nacismo.

El 36, apenas explota la guerra civil en España el 18 de julio, tras el parcialmente fallido golpe de estado fascista, Weil aparca su pacifismo y se embarca en un tren con destino a Barcelona. Toma contacto con los anarquistas y se incorpora de inmediato a la columna de Buenaventura Durruti que estaba a punto de partir al frente de Aragón. Hay una foto sorprendente de la muchacha sonriente en una calle de Barcelona vestida con el overol de miliciana y un rifle en la mano. No alcanza a estar un mes en el frente, sin participar en combate ni disparar un tiro, cuando sufre un accidente en una cocina del campamento al tropezar con un caldero con aceite hirviendo. Trasladada a un hospital en Sitges, luego de un par de semanas viaja de vuelta a París.

La experiencia española fue turbadora para la joven. Le consternó la insensibilidad de sus compañeros anarquistas ante los hechos violentos que protagonizaban, jactándose en las conversaciones nocturnas en los bares de Barcelona de los fascistas que habían asesinado durante la jornada. Al salir de España iba Simone Weil estremecida por lo vivido, impactada y adolorida de no haber escuchado a nadie manifestar espanto, horror y condena ante las barbaridades perpetradas por miembros de sus respectivos bandos.

La fuerza explotando a los pobres la constata y comparte Simone Weil adentrándose en las condiciones de vida de los trabajadores en las fábricas del capitalismo francés. Deja su trabajo de profesora de filosofía e ingresa a trabajar como obrera en una cadena de producción industrial de la Renault.

Luego de un año de trabajo deshumanizante sale destrozada en cuerpo y alma. Escribirá un libro sobre la condición del trabajo y la vida de mujeres y hombres de la clase obrera francesa, denunciando el aplastamiento y la cosificación que sufren.

Para Simone Weil la constatación de que un obrero soviético en cuanto cruza la puerta de la fábrica comparte la misma condición reductiva impuesta sobre un obrero en el capitalismo, era suficiente evidencia y razón para considerar que en la Unión Soviética no se había instalado una revolución, sino el dominio de una burocracia partidista en el marco de un estado totalitario.

En una reunión en París en casa de sus padres, donde se encontraba cobijado León Trotski, la estudiante de filosofía le manifestó su desacuerdo al líder ruso con seguir llamando estado proletario o de los trabajadores a la Unión Soviética regida por Stalin y administrada por una burocracia. A la mañana siguiente Trotski con humor le dijo a la mamá de Simone que en la discusión de la noche anterior había nacido en su casa la Cuarta Internacional.

Lo último que hizo Simone Weil antes de morir en Londres fue incorporarse activamente en la lucha liberadora de Francia en manos de los alemanes desde 1940. Propuso la idea al equipo del general De Gaulle de organizar un comando de mujeres enfermeras para ir al frente a socorrer a los heridos. El general descartó tal posibilidad, expresando de paso que la filósofa estaba loca.

Al contrario, quienes la conocían bien y la valoraban en el comando francés londinense, un par de profesores y políticos eminentes, le encomendaron escribir sobre la Francia que podía y que debía renacer tras la tremenda experiencia de la invasión y el dominio nazi.

En un estado de salud muy precario, escribiendo intensamente, redactó los textos que hoy reúnen los libros “Echar raíces” y “Escritos de Londres”. Le habían pedido que delineara un proyecto de constitución para Francia. Ella se explaya, lejos del derecho y de la norma, en la necesidad de un cambio cultural, de la mentalidad y el espíritu, a la par que acentuaba su misticismo religioso particular, proponiendo otra civilización, sin dominio y explotación entre seres humanos, donde no impere la fuerza.

jueves, 15 de febrero de 2024

UN JARDÍN Y UNA ASAMBLEA EN LA PLAZA

P.A. 


Estaremos unos cuantos más o menos de acuerdo en que octubre del 19 nos dejó con más dudas que certezas. He leído a algunos que tienen esperanza depositada en una futura algarada.

Crecí viendo cómo importantes acontecimientos históricos tomaban su tiempo en desarrollarse. Los gobiernos de Frei y Allende se gestan políticamente en el tiempo, no explotan de la noche a la mañana. Se van perfilando en la búsqueda y gestión de sus objetivos. Entre ellos la alfabetización del país, el desarrollo de la educación pública, la reforma agraria, la nacionalización de los recursos naturales, el gran impulso a la vivienda social.

En esos días de octubre pensaba y me animé a comentar que se había perdido una gran oportunidad, al encauzar la protesta eminentemente en vías violentas, pasando de protesta a estallido.

Si se hubiese optado, en vez de convertir la Plaza en un campo de batalla, por sembrar en aquel espacio ocupado, como símbolo, algunos árboles y plantas florales, y montar en torno una asamblea plural y diversa en busca de entendimiento y acción común.

Propuesta difícil de plantear a participantes, oyentes y espectadores. Plantar algunos árboles y plantitas y montar una doña asamblea política para ir avanzando. Al menos para ir conviviendo y conversando.

Como le escuché decir al sociólogo argentino anarquista Christian Ferrer, todas las modas cambian cada 20 años, lo permanente es la convicción generalizada de que la vida es una guerra interminable.

Desmentir en la vida cotidiana este dogma o creencia, fundamento consciente e inconsciente de la sociedad actual, con orígenes en el siglo XIII, creo que sería muy sano para cada individuo y un aporte necesario a la transformación social.


sábado, 18 de marzo de 2023

CODELCO DEBE RETIRARSE DEL PROYECTO MINERO EN EL VALLE DEL INTAG EN EL ECUADOR

Por Pedro Armendariz 


El Valle de Intag, en la provincia ecuatoriana de Imbabura, es una zona que destaca a escala mundial por su diversidad biológica e impresionante belleza. Hoy se encuentra amenazado por un proyecto minero de envergadura que tiene como protagonista a Codelco Chile.

El año 2008 la empresa minera estatal chilena Codelco, emprendió su primera incursión productiva en el extranjero. Se asoció con su par ecuatoriana Enami para explotar un yacimiento de cobre y molibdeno en el Valle del río Intag, en la sierra occidental andina a dos mil 500 metros sobre el nivel del mar.

A la vista de los hechos históricos se trató de una muy mala decisión de Codelco el desembarcar de esta forma en Ecuador. Hasta el día de hoy el proyecto de explotación, que lleva el nombre de uno de los abundantes ríos de la zona, Llorimagua, no ha podido realizarse más allá de tomar el control de las cinco mil hectáreas de concesión, que la empresa conjunta administra como un fundo privado, con personal que luce uniforme mezcla de obrero y guardabosque.  

En la actualidad las empresas señaladas siguen empecinadas en impulsar el proyecto de explotación, pese a la oposición de la mayoría de los habitantes locales que se ven afectados por él, y que nunca han sido consultados sobre el tema, como establece la constitución del Ecuador.

Codelco, el 2008, se empantanó en esta insensatez que ya arrastraba veinte años de fuertes conflictos sociales y políticos. Habían sido parte de ella la minera de Japón Bishi Metals, perteneciente a Mitsubishi, que se retiró en 1997 debido a la cerrada oposición de los pobladores. La sucedió la minera canadiense Ascendant Copper Corporation, que se fue con la cola entre las patas tras enormes conflictos con la comunidad.

Tras ellas, de la mano aparecieron en escena Codelco y Enami, con la ambición de desarrollar este proyecto minero a cielo abierto, el primero de tal característica en la historia de Ecuador.

Las protestas y la resistencia de los habitantes de la zona afectada, con el apoyo y acompañamiento de agentes ecológicos y sociales de Ecuador y el extranjero, siguieron adelante en su oposición. Pronto encontraron la represión cómplice e interesada del gobierno de Ecuador encabezado por Rafael Correa. La zona fue militarizada un tiempo, e importantes dirigentes defensores de la naturaleza y su forma de vida fueron injustamente detenidos y permanecieron presos tras imputarlos bajo lo dispuesto por la llamada ley antiterrorista.

Hoy, con la pertinaz voluntad y los grandes medios de que disponen, Codelco y Enami están presionando al gobierno ecuatoriano para que les otorgue por fin su anhelada autorización de explotación del mineral. Decisión que se encuentra pendiente de pronta resolución.

En las comunidades de Valle del Intag, como informa la revista Plan V de Ecuador en Internet esta semana,  hay personas que están a favor y en contra del proyecto minero de Codelco-Enami. Como es común en el accionar de las grandes empresas mineras en Chile, también destinan en el país de la mitad del mundo una parte en definitiva ínfima de su poder económico para corromper y comprar partidarios a su labor depredadora.

En un video que acompaña la información de Plan V, un trabajador de la empresa biestatal, miembro de una comunidad rural local, luce en el todavía verde bosque subtropical andino un uniforme impoluto de color naranja, y con impúdico cinismo defiende su posición argumentando que gana más plata y hasta le pagan las vacaciones.

Quienes están en contra del proyecto, y defienden lo que califican con fundamento como un paraíso natural en este mundo devastado, en treinta años de resistencia han implementado numerosas iniciativas para lograr mantenerse activos y auto subsistentes en su tierra, bosques y ríos. Artesanía, turismo, agricultura entre ellas.

Nos parece que el presidente de Chile, Gabriel Boric, haría muy bien en tomar cartas en el asunto para detener a Codelco y hacerle renunciar a esta aberrante incursión en el Ecuador. Es un asunto de criterio y dignidad en el actuar del Estado de Chile en un país de nuestra comunidad suramericana.


 



jueves, 15 de septiembre de 2022

HOMENAJE AL DÚO SILVA-VERDUGO

Por Pedro Armendariz 


Durante años, antes de la televisión, cada fin de semana miles de personas a lo largo del país asistían con sus oídos a un espectáculo singular.

Dos hombres, con sus micrófonos respectivos, hacían llegar volando por el aire lo que estaba ocurriendo en canchas de fútbol a través de la radio.

Estos dos dotados locutores de oficio, que nunca pasaron por ninguna universidad, instituto o taller, eran Darío Verdugo y Sergio Silva. Vivieron en una época de locutores deportivos radiales magníficos, con estilos personales muy originales, como Gustavo Aguirre y Hernán Solís.

En aquellos años sesenta, hincha de la Unión y particularmente del Nino Landa, el jugador más hábil, creativo y divertido que ha dado el balompié nacional, si no iba al Santa Laura o al Nacional escuchaba al dúo Silva-Verdugo.




Además de la capacidad extraordinaria de ambos para trasladar lo que pasaba en la cancha y en el estadio hasta cada rincón de Chile, la composición compartida tenía una característica fundamental, a la que obedece como preámbulo todo lo escrito hasta ahora.

Esta era que cada uno relataba el juego de un equipo y una de las mitades del campo. Pero lo más asombroso era el tempo impreso en cada relato y la sucesión sonora entre ellos.

Sergio Silva era una especie de Erik Satie del relato, daba a sus palabras y frases un ritmo armónico lento, descriptivo con elegancia. Darío Verdugo era el vértigo, la velocidad, la abundancia fabulosa de palabras pronunciadas con una rapidez inaudita.

Esta conjunción, perfectamente lograda en el relato, de lo lento y lo veloz, causaba un efecto muy benévolo y agradable en el auditor, acorde con el ritmo natural de la vida. 

 

lunes, 2 de mayo de 2022

RENATO CÁRDENAS, LONKO CULTURAL DE CHILOÉ

Por Pedro Armendariz 

En abril del año 1983 llegué a Ancud desde Santiago a hacerme cargo de la dirección de prensa de la radio Estrella del Mar. Conocí entonces a muchas personas amables y acogedoras, entre ellas a tres amigos que ya han partido de este mundo.

El 14 de mayo falleció en Castro Renato Cárdenas, en febrero pasado Nelson González, y en enero del 2004 Gabriel Coddou Espejo.

Tuve la suerte de conocerlos muy pronto al llegar a la isla. Renato pasó a ser de inmediato el corresponsal de la radio en Castro, por indicación de Francisco Valiente, director de la Fundación para el desarrollo de Chiloé, dependiente del obispado católico de Ancud, y sustentadora de la radio.

Renato era un tipo muy diligente, acompañado en ese tiempo por Catherine Hall, también lamentablemente fallecida. Constituían una pareja presente visible en la vida política y cultural de las islas del archipiélago. Al intenso quehacer político amalgaman la investigación sobre la historia, la religiosidad y la mitología en Chiloé, escribiendo en conjunto varios libros en aquellos años. Luego Catherine se integró a la banda Bordemar como flautista, tocando en ella más de veinte años.

Renato me parecía un lonko huilliche sin reconocimiento oficial, y a la vez un intelectual de primer nivel de la cultura occidental. En sí mismo tenía a ambos mundos, como su maestro en la universidad en Valparaíso en los años sesenta, José María Arguedas. Conocedores ambos de sus culturas ancestrales y de los nefastos efectos en ellas de la penetración colonizadora. Siempre tenía presente la defensa del patrimonio cultural de Chiloé. En su imaginación pensaba un Chiloé posible con una vida ajena al torbellino del mundo occidental dominante, en un conjunto de islas que tiene lo necesario para constituir una sociedad con signos distintivos.

Nelson González el 83 vivía en Ancud. Arquitecto autónomo, trabajaba con carpinteros chilotes, insuperables en el uso y manejo de la madera, construyendo bellas y originales casas y edificios en los que mezclaba estilos recogiendo lo fundamental de la arquitectura histórica de Chiloé. Junto a esta labor combinaba la acción política contra la dictadura.

Gabriel Coddou también era muy activo en la acción contraria a la tiranía. El centro de su vida, además de su familia, era la música clásica, y más concretamente llevar esta música al seno de la comunidad. Daba clases, formaba grupos, organizaba festivales, era profesor visitante en comunidades huilliches.

La calidad humana y la generosidad de estos tres eminentes chilotes era extraordinaria, como estoy seguro que lo podrán testificar las muchas personas que tuvieron la suerte de conocerlos y poder compartir amistosamente con ellos.  Nos sumamos a la pena de sus seres queridos.

 

jueves, 14 de abril de 2022

NO AL RITMO ABRUMADOR DE LOS FRENÉTICOS

Por Pedro Armendariz 


A la semana de asumido el gobierno los medios dominantes empiezan a hablar de balances, de encuestas, de la subida o bajada de la imagen del presidente, del porcentaje de la población que está a favor o en contra de las nuevas autoridades, y de los indiferentes, que dicen también los hay. O sea, estamos en presencia de un circo.

En la tormenta social que montan los dueños del circo y su personal, el ritmo que se auto imponen en el quehacer de su elaboración lo trasladan a la población mediante un bombardeo de mensajes e imágenes abrumador. Los portaaviones de la flota mediática son los canales de televisión, particularmente los llamados de televisión abierta.

La televisión y la radio necesitan de una nueva constitución. Con actores que no cedan ante la atracción y las trampas del sugestivo frenesí que se busca con éxito imponer. La prisa, el apuro, el agobio, la sensación de vivir en un naufragio, en un caos, fin de mundo, es lo que palpita y subyace en la facilidad que encuentran para manipular groseramente y a la vez con sofisticación al ser humano.

Hay que procurar no seguir el ritmo y los ataques de los frenéticos, que machacan cada día la posibilidad y la capacidad de reflexión, de pensar y razonar que cada persona tiene ante la realidad. Trabajan los frenéticos en pro de la manipulación y el condicionamiento. La publicidad comercial constante en la televisión, una bofetada a la especie humana.

En los tiempos que corren, abiertos a cambios incluso fundamentales si tienen el sustento necesario y el acuerdo debido, televisión nacional podría hacer un esfuerzo por cambiar radicalmente sus valores y prácticas. Sucumbió ante el poder del dinero, y ante el poder político. Y parece casi imposible ver que salga de ahí.

Expresión del frenesí dominante fue en su momento la instalación en TVN de un canal de noticias de 24 horas. No de un canal cultural, postergado hasta el día de hoy. Habrá ojalá en el país personas capaces y con ganas de trabajar en la realización de contenidos culturales en su amplia diversidad, sin o con poco anhelo de dinero más allá del necesario para vivir.

Esto último es complicado, afectados todos más o menos por una variante también dominante del síntoma del frenesí: la codicia, ya sea de dinero, de reconocimiento, poder, posición, rango o clase. Pareciera evidente que el viento que infla e impulsa la inflación actual en el mundo es la fiebre codiciosa que siempre quiere más y más, actitud incomprensible y condenable que destruye la posibilidad de equilibrio y armonía social.